La subasta concursal de URSSA se cierra sin ofertas por los terrenos y aboca al fin de la compañía
Las propiedades de la histórica empresa vitoriana quedan en manos de los bancos a excepción de algunos equipos por los que sí se han presentado ofertas
6 octubre, 2022 05:00El final de URSSA se enquista. Después de meses con todas sus propiedades en venta, la aparición y desaparición de DHL y la pérdida hasta de las marcas comerciales de la firma de la Corporación Mondragón, la histórica empresa de Vitoria se aboca a su fin en su segundo concurso de acreedores. La compañía alavesa ha concluido su proceso de liquidación sin ofertas al cierre de las subastas por los terrenos de la compañía en Júndiz y en el Campo de los Palacios.
Pese a que inicialmente DHL llegó incluso a preparar una oferta por los terrenos de Júndiz, el interés del gigante alemán de la logística -siempre discreto en sus inversiones- se ha desvanecido y, con él, la única opción en firme por hacerse con la superficie con mayor impronta social de la firma vitoriana, que se ha quedado sin ofertas según ha podido confirmar 'Crónica Vasca' de fuentes cercanas al proceso de la cooperativa. Una operación en la que ahora se estudian seis ofertas vinculadas a algunos lotes de propiedades de la compañía que se ofertaban en la liquidación de la compañía -fundamentalmente maquinaria- y que sí podrían tener salida.
La ausencia de ofertas en firme -no así de acercamientos de más compañías fuera de DHL pero que no han cuajado en propuestas de compra-, unidas a la liquidación de sus marcas comerciales, ahondan en la deriva del fin de la compañía. Todo apunta a que serán los acreedores -entre ellos Laboral Kutxa, Kutxabank, BBVA, el Banco Santander, Elkargi y el Gobierno vasco- quienes ahora se queden con los terrenos de la compañía. La subasta partía de entrada con un precio de 10,7 millones por los terrenos de Júndiz -en una de las parcelas más grandes del polígono industrial alavés- y un precio de 12 millones por la superficie que ocupaba la compañía en Campo de los Palacios, en Adurtza.
Allí, antes de que se aprobase el plan de liquidación, era donde la firma había puesto todas sus esperanzas para sobrevivir. Se esperaba vender esos terrenos para construir 500 viviendas y obtener de ahí el dinero suficiente para que los acreedores volviesen a prestárselo a la cooperativa de Vitoria a cambio de un plan de viabilidad para mantener viva la actividad de la compañía
Sin embargo, esa operación, que requería de una autorización municipal para recalificar los terrenos de Adurtza, no consiguió aglutinar el consenso político necesario en el Ayuntamiento de Vitoria y bloqueó el convenio de acreedores. Ahora, fuentes conocedoras del sector urbanístico hablan de una recalificación que los principales actores del sector inmobiliario de la capital dan por descontada en el futuro, quizás incluso de la mano de una nueva Corporación que juegue con otra aritmética municipal en la capital de Euskadi. El proyecto urbanístico planteado inicialmente para esos terrenos pasaba, junto a las 500 viviendas, por 1.000 metros cuadrados reservados para la ubicación de locales comerciales y otros 5.000 metros cuadrados para equipamientos urbanos.
Ahora los bancos tendrán que pactar algún tipo de acuerdo sobre los terrenos, de los que se espera una alta rentabilidad de ser recalificados, podrían incluso triplicar su precio de venta en la subasta cuando llegue a manos del comprador final del inmueble de ejecutarse una promoción de viviendas.