El sistema de patentes que protege los avances tecnológicos aplicables a los distintos sectores económicos va camino de sufrir una importante revolución de la mano de la llegada de la patente única europea. La agencia de propiedad industrial ABG-IP ha organizado esta semana una jornada de trabajo en Bilbao en la que ha avanzado cómo puede afectar a las empresas y a los centros de investigación este sistema unificado que tiene si cabe más aristas para Euskadi al haberse quedado España fuera del nuevo tribunal único.
El sistema de patentes tiene gran importancia en la competición entre países a la hora de proteger sus avances en ámbitos clave para el desarrollo económico los próximos años como la energía o el mundo farmacéutico y biosalud. En el caso de Euskadi el número de solicitudes de patente europea está creciendo en los últimos años hasta alcanzar las 223 en 2021. Es una evolución que confirma el desarrollo de la I+D vasca y también el aumento del interés por esta figura legal para proteger estos avances de cara a ganar competitividad.
Tras muchos años de espera el año que viene empezará a funcionar el Tribunal Unificado de Patentes (TUP), uno de los ejes de la nueva patente unificada que no suscribe España por no estar reconocido el castellano como idioma oficial para poder hacer los trámites y litigar, mientras que sí lo están el inglés, el alemán o el francés. Una decisión que el Gobierno de Pedro Sánchez toma por considerar necesario defender el castellano como idioma de primer nivel en Europa y que, si cabe, añade aun más incertidumbre a cómo van a gestarse las patentes a partir de 2023. Hasta ahora las patentes funcionan por países, es decir, un titular debe acudir a defender su invención a los tribunales de otro estado en caso de que verse amenazado por un competidor de ese país, una dispersión a la que se quiere poner fin desde hace años con la puesta en marcha de un nuevo modelo único.
Renunciar o no al sistema único
Enric Carbonell, responsable de la oficina de ABG IP en Barcelona, explicó los pormenores del nuevo sistema y las consecuencias de decantarse o no por él desde sus inicios. En su ponencia, Carbonell señaló que los titulares vascos de solicitudes y patentes deben tomar la decisión estratégica sobre si renunciar o no a la jurisdicción del TUP, ya que dicha jurisdicción se extiende también a patentes europeas sin efecto unitario.
También participaron en la jornada la responsable de Propiedad Industrial de CIC EnergiGUNE, Aloña Salazar, y el agente de ABG-IP en Bilbao, Iain McGeoch. Este último, implicado en el desarrollo de varias de las patentes del propio centro de investigación del Parque Tecnológico de Álava, entre ellas las del proyecto para Basquevolt, abordó las claves para la protección de secretos empresariales. Entre otras cuestiones también se abordó el llamado cybersquatting, una técnica por la que un tercero registra una dirección de un dominio en internet muy similar a uno ya existente con fines fraudulentos.