El primero de los tres días de huelga programados en el Metal de Bizkaia este otoño se mantiene en el nivel de seguimiento de los paros previos al verano (a finales de junio se organizaron otros tres días más de huelga), con paradas de la producción de empresas significativas como Tecuni, Vicinay, Arteche o Bombardier, según los sindicatos. La propia Mercedes Vitoria, la factoría más grande de Euskadi, no podrá trabajar el sábado por la afección de la huelga en varios proveedores.

Así lo ha comunicado el fabricante de vehículos al comité de empresa de la fábrica alavesa, que no estará operativa por tanto este sábado en los sectores de montaje, pintura y montaje bruto. Se trata de un daño colateral menor pero sí revelador de que el conflicto en Bizkaia está teniendo cierto impacto. Como siempre las cifras de seguimiento de sindicatos y patronal están muy alejadas, si bien la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) ha reconocido una incidencia del 27% este jueves, prácticamente lo mismo que en la primera de las huelgas anteriores al verano.

La huelga no se desinfla por tanto a pesar de la división sindical. El bloque mayoriario formado por LAB, CCOO y UGT hace su propia convocatoria para este jueves y viernes y para el próximo 2 de noviembre junto a otros sindicatos más pequeños, mientras ELA, que llama a parar también en el sector esos días, organiza sus propias movilizaciones.

En el transcurso de la jornada no se están produciendo incidentes reseñables, si bien FVEM sí ha denunciado que en la zona de Durango principalmente se han producido "daños materiales tanto hacia empresas como hacia los trabajadores que han decidido no secundar la huelga". Unai Orbegozo, de CCOO, ha reconocido que ha habido "ciertos momentos de tensión" por "la presión de la Ertzaintza". "Los piquetes informativos han sido tranquilos y pacíficos", ha dicho.

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Sin fecha de reunión

El movimiento en materia salarial de la patronal vizcaína en la reunión del martes no fue suficiente para que los sindicatos desconvocaran la huelga. Y la oferta que puso sobre la mesa FVEM no estaba demasiado alejada de la fórmula que acabó acordándose en Álava, llegando en el caso de 2022 a una subida del 6,5%, el IPC del pasado año.

Los propios sindicatos LAB, CCOO y UGT reconocieron que la patronal se había movido pero optaron por mantener los paros ante "las medidas regresivas" que seguían sobre la mesa relativas a flexibilidad o los complementos a las bajas, según las centrales. No hay de momento fecha para una siguiente reunión por lo que la huelga de este viernes es segura y se da por hecho también que el escenario no cambiará antes del paro del próximo día 2.