Los trabajadores de Nervacero, una de las grandes acerías de Euskadi, han iniciado paros de tres horas ante el bloqueo del convenio. En una situación delicada a nivel de carga de trabajo, el comité reclama al grupo Celsa que devuelva a la mesa la última propuesta y "la mejore en la medida de lo posible". Ambas partes han conversado este mismo lunes y la intención es retomar el diálogo en pocos días.
El grupo de la familia Rubiralta camina al borde del precipicio hace muchos meses por su delicada situación financiera, que finalmente se ha ido encarrilando, con tiras y aflojas, a raíz de activarse el rescate millonario de la Sepi. Todavía la parte acreedora, básicamente fondos de inversión, sigue apretando al grupo catalán para lograr un sistema de saneamiento de deuda favorable a sus intereses, con lo que el asunto sigue sin resolverse del todo.
Pero además cada factoría tiene sus problemas particulares como es el caso de Nervacero. La acería de Portugalete acordó un ERTE en abril que comenzó a aplicarse a finales de septiembre para acomodar los ritmos laborales a la carga de trabajo real, que ha bajado mucho en otoño. En octubre también se recurrió al ERTE la última semana y la previsión es que el bajo nivel de pedidos obligue a hacer lo propio también en la parte final de este mes de noviembre.
Cuentas pendientes
En ese escenario toda acción sindical es complicada, apuntan desde el comité, pero remarcan también los "incumplimientos" del último acuerdo laboral en 2017, lo que ha generado un clima de cierta desconfianza en esta nueva negociación, atascada tanto en el punto salarial como en calendarios o flexibilidad.
Y eso que los sindicatos de la planta vizcaína se posicionaron abiertamente con la dirección de la siderúrgica catalana cuando los fondos de inversión ejercían más presión, un empujón al proyecto industrial que quizá ahora puede ayudar a engrasar el diálogo. Por lo pronto la dirección de la acería se ha comunicado este mismo lunes con el comité para transmitir su intención de volver a negociar, de manera que podría retomarse la mesa esta semana.
La parte social recalca que mantendrá los paros convocados en diversas jornadas, así como el encierro que han iniciado los representantes de la plantilla en las oficinas de la planta, hasta que la dirección traslade una propuesta que pueda ser aceptada por los trabajadores. La última, efectuada hace unos días y rechazada por la plantilla, fue retirada precisamente a raíz del inicio de las movilizaciones.