Seis claves para entender el conflicto del grupo Mondragón por la salida de Orona y Ulma
La más que probable salida de Orona y Ulma del grupo Mondragón provoca un conflicto interno que retrotrae a 2008, con la salida de Irizar y Ampo. Esta es solo una de las claves de lo que está ocurriendo
19 noviembre, 2022 05:00La historia (casi) siempre se repite. Lo que está ocurriendo estos días en el seno de la corporación Mondragón por la más que probable salida de Orona y Ulma ha causado un conflicto interno que retrotrae a 2008, cuando abandonaron la cooperativa Irizar y Ampo. Esta es una de las claves de lo que está pasando en el principal grupo empresarial vasco. Conforme pasan los días parece que los matices de esta crisis crecen por doquier. A continuación se exponen algunos de ellos.
El precedente de 2008
Hace ya catorce años, pero en la cooperativa muchos no lo han olvidado. El grupo de autobuses Irizar y el fabricante de válvulas Ampo abandonaban Mondragón para disgusto de muchos de los cooperativistas guipuzcoanos. Un golpe a la imagen de unidad que por definición tiene un grupo de esta naturaleza. Ya entonces parecía que aquella no sería la última salida de la corporación. Curiosamente una noticia publicada entonces por el diario El País decía que "la salida de Irizar y Ampo de MCC abre el mismo debate en otras cooperativas como Ulma y Orona". Pero es que, de hecho, Ulma ya ha estado fuera de Mondragón: lo hizo durante nueve años, desde 1993 gasta 2002, cuando volvió a la corporación.
Los liderazgos
Cuando se dieron las salidas de Irizar y Ampo, una persona clave fue Koldo Saratxaga. Él fue el artífice de conseguir que una compañía en quiebra como era Irizar diese un giro de 180 grados hasta colocar sus autobuses en medio mundo. Su carácter fue carismástico y a nadie se le escapa el importante papel que jugó entonces en las salidas de Ampo e Irizar. Tanto es así que Ampo quedó en su grupo empresarial: Ner.
Ahora ese papel es el que desempeña Xabier Mutuberria. Un hombre que ya está fuera de los órganos directivos de Orona, pero cuya sombra sigue siendo muy alargada. Alma mater de Orona, fue él quien empezó a exhibir ciertas diferencias con la cúpula de Arrasate y de hecho sigue presidiendo la sociedad que controla las filiales de la cooperativa.
Las direcciones de Orona y Ulma lo tienen claro
Y esa es otra de las claves: que la cúpula actual 'toca la misma música' que Mutuberria. Desde que trascendió semanas atrás que Orona y Ulma tenían intención de abandonar la corporación, mucho se ha especulado acerca de los motivos de esa hipotética salida. Esta misma semana la ausencia de ambas en el cónclave anual del grupo ya parecía dejar claras las intenciones de sus dirigentes. Después trascendía que algunos cooperativistas de esas empresas prefieren optar por la prudencia. Pero lo que son dudas entre algunos de los socios, no han alterado para nada la hoja de ruta de su equipo directivo. El presidente de Orona, Oier Lizarazu, aclaraba este mismo viernes en 'El Correo' que se pretende "crear un nuevo marco relacional desde una vinculación distinta" manteniendo aspectos como la participación en Lagun Aro, pero con un camino propio y por separado con el que se considera que tendrán más capacidad de lograr sus objetivos.
Los dos motores de la división industrial
La salida de Orona y Ulma supondría un varapalo para Mondragón porque ambas empresas, la primera dedicada a los ascensores y la segunda con múltiples divisiones, de las que la más conocida se dedica a los materiales de construcción, son los principales motores de la división industrial del grupo. El pasado año lograron beneficios por 172 millones de euros, lo que supone el 50% de toda la rama industrial de la corporación guipuzcoana. Es obvio, por tanto, que el impacto no será menor.
Nervios en el Gobierno vasco
Como resulta lógico en un cisma de esta naturaleza, en el Ejecutivo autonómico miran a Mondragón con cierta preocupación por lo que pueda ocurrir. El grupo empresarial no va a desmoronarse por esto, pero sí puede resentirse. Esta misma semana la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, remarcaba que "necesitamos un grupo industrial cooperativo fuerte" y se ofrecía a colaborar en esa dirección. No puede obviarse que, como ya publicó este diario, el Gobierno vasco invirtió siete millones de euros en Ulma el pasado mes de enero, por lo que la posible salida de estas dos cooperativas deja en el aire la incógnita de si la inversión se verá afectada o no.
Un día D... y sus consecuencias
Las cartas ya están sobre la mesa. Pero la decisión final corresponde a los cooperativistas de ambas empresas. Después de un largo proceso de consultas y reuniones entre unos y otros, los socios votarán en asamblea el próximo 16 de diciembre. Aunque es imposible vaticinar el resultado de la votación, parece que la salida del grupo, tras décadas de unión, es lo más probable. Si ese es el camino, unos y otros tendrán que afrontar las consecuencias. Entre ellas, por ejemplo, están las dudas jurídicas sobre qué pasará con Ulma y sus diferentes marcas...