El grupo Mondragón vuelve a mover ficha y lo hace a solo tres días de que los trabajadores de Ulma y Orona voten su permanencia o salida del grupo de Arrasate. Su presidente, Iñigo Ucín, aparecía este martes en la Eitb, en una entrevista en pleno ‘prime time’, en un intento de “convencer” a los más de 11.000 trabajadores que forman parte de ambas empresas.
En ella, Ucín ha admitido que la comunicación que hay en estos momentos entre los órganos del grupo y las directivas de ambas empresas es nula: “Toda la comunicación ha sido la que se ha podido hacer a través de los medios. Nosotros propusimos dos cosas: que viniesen a hablar con los órganos de Mondragón y, también, ir a hablar con las directivas de ambas empresas, pero no ha sido posible”; y ha insistido en atribuir esta crisis interna a los personalismos y problemas de liderazgo: “Liderazgos muy fuertes que empiezan a argumentar una serie de cosas, como el modelo o la falta de soberanía, que luego, en la realidad, tampoco son así. Es posible que hayan estado buscando una excusa o un contexto para optar a una salida que ya estaba predeterminada”.
El cruce de acusaciones va más allá. Una de estas empresas, Ulma, explicaba ayer que Mondragón “había faltado a la verdad” cuando desde el grupo se aseguró que en junio, después de que ambas cooperativas propusieran pasar a ser cooperativas convenidas, se pidieron razones y no fueron dadas. Ante esta acusación, Ucín ha insistido: “Todo lo que hemos dicho es verdad. No se si puede haber alguna imprecisión en algún tema, pero la verdad está ahí y se puede contrastar. Cualquier cosa que hemos dicho desde Mondragón, ellos la han calificado de una manera agresiva, cosa que no se entiende”; y ha añadido: “Hemos preguntado cuál es el problema y ellos no saben explicarlo. Lo único que está claro es que presentaron el concepto de cooperativa convenida, que lo que significa es que no aportan a los fondos de cooperación y que no están sometidos a las normas de Mondragón, cosas que rompen la esencia de lo que hoy en día es el grupo”.
El propio procedimiento que pedían, ha asegurado Ucín, “era algo inasumible en tan poco tiempo. Y ellos lo sabían. No es posible someter algo como esto, que toca en la línea de flotación del grupo directamente, a un congreso. Ellos lo sabían y sabían la respuesta que iban a tener por nuestra parte”. Pese a este cruce de acusaciones, el presidente del grupo ha confesado: “Nos gustaría que se quedasen. Sabemos que son colectivos cooperativistas y tenemos los mismos valores. Si se quedan para nosotros será una buena noticia”, ha añadido Ucín, que también ha descartado que otras empresas del grupo sigan el mismo camino: “Esta situación nos ha apiñado mucho más. Hoy en día la unión que hay entre los cooperativistas del grupo es mayor que nunca. Mondragón va bien con ellos y sin ellos, también va bien”.
En caso de salir, ha cuantificado el presidente del grupo, en lugar de contar con 80.000 personas, “se contaría con cerca de 70.000 y en lugar de facturar 12.000 millones al año, facturaríamos menos”. Aun así, ha matizado: “El mayor daño no se va a producir si salen o no salen. El mayor daño ya está hecho. Amanecer todos los días leyendo algo de Mondragón en la prensa no es algo que sea bueno”.
Esta aparición de Ucín se suma a la entrevista radiofónica de la presidenta de la Comisión Permanente de Corporación Mondragón, Leire Mugerza, de este lunes y al vídeo que han hecho representantes de numerosas cooperativas del grupo para defender las ventajas de seguir en el grupo. Movimientos que, sin duda, son un intento de frenar la huida de ambas empresas; decisión que tomarán sus socios el próximo 16 de diciembre a través de una asamblea.