Después de haber presentado un plan estratégico que recorta inversiones en España en parte por la "inseguridad jurídica", Ignacio Sánchez Galán se ha reunido este lunes con el lehendakari Urkullu. En un encuentro previo al cierre de año, el presidente de la energética vizcaína y el presidente autonómico han departido en Lehendakaritza sobre las inversiones de la empresa en Euskadi. De entrada, este año las inversiones de Iberdrola a sus proveedores vascos han supuesto un desembolso de 1.700 millones de euros a los que se suman otros 1.000 millones más de impacto económico, un 30% más que en 2021. 400 millones ha sido el aporte fiscal de una empresa que por sí sola representa el 2% del PIB de Euskadi.

Galán y Urkullu han compartido este lunes, además, ese nuevo plan estratégico de la empresa. Una hoja de ruta que plantea inversiones de 47.000 millones de euros -el equivalente a tres presupuestos vascos- que generarán en Euskadi un impacto de 10.000 millones de euros en Euskadi entre inversiones, compras, salarios e ingresos fiscales, un 15% más que en el cuatrienio previo. El anuncio llega en un año importante para Iberdrola en Euskadi. La energética se ha convertido en accionista de Basquevolt -donde, tal y como reveló este periódico, ha sido la puerta de entrada para el Gobierno central a través del CDTI-, ha dado un importante empujón al tren de hidrógeno de CAF, ha invertido en proyectos relevantes como el desarrollo de nuevos monopilotes para la eólica marina en un consorcio íntegramente vasco y ha avanzado en proyectos eólicos como el parque de Azazeta.



La empresa, además, ha puesto encima de la mesa 75 millones de euros de inversión mediante el 64bis durante estos cinco años de fiscalidad nueva, que serán renovados en 2023 con una nueva reforma tributaria que debería impulsar la fiscalidad verde.