Antón Arriola empieza a diseñar ya la nueva Kutxabank. Superada la etapa fundacional, el banco vasco encara ahora un nuevo tiempo en el que toca desarrollar líneas de negocio -y especialmente la principal: una financiera que cuenta con los tipos de interés como viento a favor- y también incorporar nuevos perfiles. Después de aprobar sus objetivos de descarbonización en la cartera crediticia, el consejo de administración ha acordado este jueves el nombramiento de un nuevo director de estrategia para ayudar en la dirección del rumbo del banco vasco, que ha sido una de las peticiones de las tres fundaciones bancarias que conforman el accionariado: BBK, Kutxa y la Vital. Para ello, el consejo de Kutxabank ha elegido a José Antonio de Tomás.
Un exdirectivo de Unión Fenosa -donde fue director general adjunto al CEO y director de desarrollo de negocio- y el Banco Santander, donde ha desempeñado funciones desde la dirección de Corporate Investment hasta director global de M&A. Formado en Madrid y Houston, De Tomás no es un desconocido para Euskadi: ya ha asesorado a Petronor como consultor independiente en el desarrollo de algunos proyectos de renovables. Además de estas entidades, el nuevo director de estrategia de Kutxabank también ha trabajado para firmas como Applus, Ghesa o Aldesa.
En esa nueva estrategia, que forma parte de las funciones ejecutivas concedidas por el BCE, De Tomás será el responsable de un área que se centrará en los próximos años "en el crecimiento orgánico y la diversificación", aclara Kutxabank en una nota informativa. Ahora De Tomás deberá superar precisamente el 'fit and proper' de Frankfurt para ejercer el cargo asignado por el consejo de administración.
Objetivos del 30% de descarbonización en siete años para energía y 'oil&gas'
El nombramiento del nuevo director de estrategia se ha dado en un consejo de administración en el que la entidad también ha aprobado los objetivos de descarbonización intermedios para su cartera crediticia. Unas metas que buscan la reducción de un 10% de las emisiones en la cartera hipotecaria residencial y de un 30% en los sectores de energía y 'oil&gas' para 2030. Estos dos últimos representan un 3,5% y un 3,9% de la cartera crediticia de la entidad.