Pese a la coyuntura de la automoción, tan complicada, Michelin ha decidido comenzar con buen pie el 2023. La planta de Vitoria ha comunicado esta tarde de forma oficial lo que César Moñux ya adelantó en este periódico: el importante proyecto de neumático para el coche eléctrico que se ha adjudicado a la factoría alavesa. Una inversión que de momento es de 3,8 millones de euros pero que supone la puesta en marcha de una ampliación de instalaciones para fabricar una línea de neumáticos que llevarán en su interior una capa de espuma de poliuretano para reducir en un 20% el ruido que se percibe desde el interior de unos vehículos eléctricos cada vez más silenciosos.
Fuentes de la compañía consultadas por este periódico han señalado que la nueva línea de producción, que se instalará en Vitoria para convertirse en una de las dos factorías del grupo francés -junto a la italiana de Cuneo- con esta tecnología, permitirá producir entre 800.000 y un millón de neumáticos. El proyecto, además, permitirá sumar 12 profesionales más a una plantilla que ya ronda los 3.600 trabajadores.
El proyecto, que lleva el nombre de Michelin Acoustic, era una de las prioridades de la planta de Vitoria para este año. Moñux, director de la planta de Vitoria, resaltaba en entrevista con este periódico este tipo de proyectos orientados al vehículo eléctrico. "Llevar un neumático Michelin va a contribuir a que el vehículo sea más verde. El neumático va a dar más autonomía", aseguraba en noviembre.
La iniciativa, asegura el grupo en una nota, también tendrá un impacto medioambiental -que se sumará al de costes- para las plantas de Vitoria y Valladolid, que hasta ahora tenían que enviar sus productos a Cuneo y traerlos de vuelta. Ahora esos 800.000 neumáticos pasarán por la propia factoría de Vitoria en vez de tener que ir hasta Italia.
El 2023 arranca bajo de producción en Michelin pero que se espera que no sea tan malo como el 2022 y se vayan dando activaciones de días inicialmente no planificados conforme avance el año. Junto a los desafíos de la electrificación y la carga de trabajo, la factoría alavesa se enfrenta al reto de pactar un nuevo convenio con un comité de empresa que ha recibido un importante lavado de cara tras las últimas elecciones sindicales