El vidrio se ha convertido en uno de los envases del futuro. La nueva ley de residuos ha hecho que cobre un nuevo impulso al tratarse de un material que permite ser reciclado y reutilizado. Y eso ha hecho que las principales fábricas de producción de vidrio de España no den abasto y se vean “obligadas” a aumentar su producción para cubrir la demanda y hacerlo de forma eficiente, es decir, tratando de reducir su dependencia del gas natural y disminuyendo sus emisiones de CO2 a través de soluciones como la electrificación, el hidrógeno y las energías renovables.
Por eso, no es de extrañar que Vidrala, fabricante de envases de vidrio líder a nivel nacional, se encuentre en pleno proceso de ampliación y modernización de sus instalaciones para poder incrementar su capacidad de producción. Y es que a día de hoy produce más de 8.000 millones de envases de vidrio al año en sus 8 plantas y 19 hornos repartidos entre España, Portugal y Reino Unido, pero tras cerrar 2022 de forma satisfactoria con un aumento de beneficios del 5,8 % a pesar de la escalada de precios de la energía, el grupo destinará parte de esos 153 millones extras para la renovación de uno de sus hornos en Portugal y no descarta hacer lo mismo en sus plantas de España a medida que vaya agotándose la vida útil de cada uno de sus hornos para mejorar su productividad y satisfacer así la creciente demanda de vidrio.
La planta de Gallo Vidrio que Vidrala tiene en Portugal. / Vidrala
A la espera de conocer cuál será su ubicación exacta, lo que es casi seguro es que la renovación en sus hornos se realizará empleando las últimas tecnologías, al igual que las que se implantarán en Portugal. Y es que el pasado 16 de marzo, la compañía laudiotarra perteneciente a la familia Delclaux anunciaba, a través de un comunicado, una inversión de cien millones para modernizar y poner en marcha uno de los hornos de su planta de Gallo Vidrio, en la localidad de Marinha Grande. En estos momentos se trata de su mayor horno de vidrio en la Península Ibérica, si bien, previsiblemente, con la próxima modernización de uno de sus hornos en España, el primer puesto del ranking productivo podría cambiar pronto de localización.
Electrificación y digitalización
En cuanto al nuevo horno de Portugal estará altamente electrificado y contará con las últimas tecnologías en materia de digitalización industrial y automatización de procesos con la incorporación de máquinas flexibles, capaces de fabricar envases de distintas formas y tamaños. Su renovación no sólo mejorará los niveles de productividad, aumentando la capacidad de la fábrica en más de un 50 %, sino que además contribuirá a mejorar la eficiencia energética en unos momentos de inestabilidad en los que el precio del gas se ha visto vapuleado por la guerra de Ucrania. Asimismo, el nuevo horno permitirá avanzar hacia la consecución de los objetivos del plan de descarbonización y eficiencia energética elaborado por la firma alavesa con el deseo de reducir la dependencia de energía fósil e impulsar el autoconsumo a fin de que en 2030 sus fábricas alcancen la sostenibilidad.
La planta de Vidrala en Castellar Vidrio, ubicada en Castellar del Vallés, en Barcelona. / Vidrala
Descarbonización y eficiencia energética
De forma paralela, Vidrala ha dado ya los primeros pasos para hacer realidad su plan de descarbonización y eficiencia energética. El punto de partida es su alianza con el grupo tecnológico gallego Norvento Enerxía, proveedor de soluciones energéticas avanzadas de autoconsumo, para la implementación de instalaciones fotovoltaicas en cada una de sus plantas.
El grupo alavés comenzaba a finales de 2022 con su primera instalación fotovoltaica, de 12 MW, en la planta de Crisnova, en Caudete, Albacete, con la que la compañía ha disminuido la emisión de cerca de 12.000 toneladas anuales de CO2 a la atmósfera. Y ahora proseguirá por su planta de Castellar Vidrio, ubicada en Castellar del Vallés, en la provincia de Barcelona, con la colocación, en el mes de junio, de módulos fotovoltaicos que tendrán la capacidad de producir en torno a 8.000 MWh/año, lo que se traducirá en que entre un 10 y un 15 % de la energía consumida por la planta procederá del autoconsumo. Además, permitirá reducir anualmente más de 2.000 toneladas de sus emisiones de CO2 a la atmósfera.