En un coloquio organizado precisamente por una universidad como es Deusto Business School, La Comercial, el presidente del Círculo de Empresarios Vascos, José Galíndez, ha querido dar un 'tirón de orejas' a los agentes educativos implicados en la fase final de la formación. Fiel a su estilo directo, el fundador de Solarpack advertía de que empresas y universidades "no estamos bien conectados". "Algo está fallando" en ese paso natural de las aulas al mundo laboral, una conexión que según Galíndez es clave mejorar para generar y retener talento.

La advertencia se enmarca en la charla impartida este miércoles en el Euskalduna para abordar el reto de cómo generar líderes empresariales en Euskadi, una cuestión muy ligada al problema del talento y el liderazgo. Un pilar en ese camino, según el presidente del Círculo de Empresarios, es mejorar el vínculo universidad-empresa recorriendo el camino que ya han transitado antes países como EEUU o Suiza. Aunque se trata de esquemas diferentes, Galíndez puso el ejemplo de estos dos países para solicitar que se adelanten las edades a las que los jóvenes acceden al mundo laboral porque "los 22 o los 24 es demasiado tarde".

"La especialización en el modelo suizo empieza mucho antes", indicó el fundador y ahora consejero de Solarpack, compañía dedicada al desarrollo de instalaciones fotovoltaicas con sede en Getxo y propiedad desde 2021 del fondo sueco EQT. El propio Galíndez, que cuenta asimismo con el brazo inversor familiar Beraunberri, ha sido residente en Suiza varios años y conoce bien los entresijos de la relación allí entre empresas y centros formativos. "El 70% de suizos en edad de ir al Bachiller van a la formación profesional. Están desde jóvenes en contacto con la tecnología y el país es líder en innovación".

José María Galíndez, presidente del Círculo de Empresarios Vascos

Protección contra rayos

A juicio de Galíndez hace falta hacer una mayor diferenciación de itinerarios formativos en nuestro modelo educativo, de forma que una misma asignatura como matemáticas sea distinta en función de unos u otros objetivos laborales. "No puede ser que al final de la tubería salgan todos igual. Necesitamos una élite muy bien formada", reclamó en referencia a esa necesidad de contar con relevo a nivel de liderazgo empresarial. "Tiene que ser un sistema educativo más ágil y dinámico", apuntó.

Pero el eje central de la charla fue cómo mejorar el nexo empresa-centro educativo. Y ahí Galíndez puso el acento en las carencias de los niveles más avanzados citando un ejemplo anecdótico pero clarificador: él mismo solicitó a las universidades poder abordar alguna solución para la protección de sus instalaciones ante el gran número de rayos en África "pero nos decían que no estaban en eso". "Una empresa como la nuestra tenía algo que arreglar. Solarpack era una oportunidad atractiva para que las univesidades se nos acercaran, pero no hemos notado esa presión". Y dijo más: "Las pocas veces que ha habido relación nos hemos tenido que acercar nosotros".

Pablo Burgos, consejero delegado de Solarpack, el Diputado general de Bizkaia Unai Rementería, y José Galíndez, el presidente de Solarpack

La gran empresa es "enemigo social"

Esa mayor unión ayudará además a mejorar la imagen social del empresario, para lo que "hay que ir a escuelas e ikastolas explicando qué hacemos realmente". "Aquí no hay ningún demonio, somos gente seria que saca el país adelante. Pero parece que la gran empresa es un enemigo social y la mediana y pequeña empresa, sospechosa", ironizó el fundador de Solarpack.

Entre las fortalezas de Euskadi para emprender destacó el mejor acceso al músculo financiero en los últimos años y, sobre la pérdida de centros de decisión, emplazó a "no caer en la nostalgia". "Tenemos que mirar hacia adelante, somos una economía con capacidad para la reconversión. Somos un territorio atractivo para vivir y nuestras empresas ofrecen carreras atractivas", dijo.