La gente del Botxo tiene fama de fanfarrona, pero en esta historia no hay ápice de chulería. El huerto empresarial más grande de España está en Bilbao. Y había que contarlo. Son 3.000 metros cuadrados de pulmón dentro del puerto. Lo que viene siendo medio campo de fútbol a rebosar de perfumes y colores en un entorno profundamente industrial sin apenas zonas verdes. Pertenece a BilbaoTruck, una compañía que, como bien delata el nombre, no se dedica a la horticultura. Su labor es la reparación de remolques, cisternas y bañeras de camiones. Tres décadas de experiencia y un compromiso claro de un tiempo a esta parte: hacerlo dejando la menor huella de carbono posible.

El huerto se ha convertido en emblema del compromiso de BilbaoTruck con el medioambiente y el bien común: purifica el aire, funciona como espacio de esparcimiento y lo cultivado se comparte con la plantilla, clientes y el Banco de Alimentos. Ahora bien, la cosa comenzó “hace cuatro o cinco años” sin demasiadas ambiciones. En las inmediaciones de la empresa había un terreno plagado de plumero de la pampa, especie invasora que destruye las plantas autóctonas y causa problemas respiratorios. Miguel Fernández, fundador de la compañía, no soportaba aquel “nido de ratas” y vio la oportunidad de reconvertirlo en una pequeña zona verde con frutales

Dos empleados del taller fueron sus aliados. “Primero eliminamos al asaltante: 120 metros cuadrados. En segundo lugar, enriquecimos el terreno de la huerta: ahí alcanzamos los 350 metros. Empezamos a poner frutales: 50 plantas de tomate, 100 de pimientos, piparras… En 2021 ya teníamos 640 metros cuadrados”. Y entonces, el hijo de Miguel se incorporó a la gerencia de la empresa. David y su visión de futuro, la apuesta por una transición verde, la mirada innovadora. El chispazo que necesitaba el fundador para volcarse con mayor fruición en el proyecto.

Imagen del huerto/BilbaoTrucks

Más de 250 frutales y 50 variedades de hortalizas

“David vio una noticia en todos los periódicos sobre los huertos urbanos de Merlin Properties”, recuerda Miguel. Hablaba de espacios verdes y solidarios, señas de identidad de una nueva economía. Ahí es cuando el fundador de BilbaoTruck se dijo: “pues lo vamos a petar”. Compraron sacas de turba de una tonelada. Más de 200 llevan desde entonces. También 200 de estiércol. Siguieron plantando árboles frutales hasta llegar a 250. Construyeron un estanque con 20 peces y catarata, un horno de piedra, un porche con mesa de madera. Y la pérgola. La adorada pérgola de Miguel. “Hemos unido seis mallazos de acero. Tenemos 15 metros lineales de buganvillas, glicínias, rosales trepadores, jazmines... Y más de 500 flores en todo el espacio. Esto en verano es un show de colores”.

Ahora mismo, el espacio no luce tanto como sus palabras porque acaban de sembrar. Siguen las cifras: 200 cebollas, 250 plantas de pimientos de Gernika, 150 de pimientos de cristal, 100 de otras variedades de pimientos, 100 de piparras, 50 de tomates “pero el objetivo es que sean 100”, bastante calabacín, un porrón de pepinos “que resultan espectaculares porque hemos hecho un enrejado que crea una parra muy bonita” y, en breve, 300 plantas de calabazas. Miguel está pletórico con la evolución. Cuenta maravillas del profesional al que han contratado a jornada completa para hacerse cargo del huerto, porque los currelas del taller ya no llegaban por mucho que quisieran. Tal es la envergadura del proyecto y los planes a medio plazo que en breve llegará otro jardinero. “Vamos a dar un salto mortal”.

Imagen del huerto/BilbaoTrucks

Placas solares, nitrógeno y depósitos de agua

Quizá sí parezca que hay pelín de chulería en esta historia, así que más allá del tamaño conviene insistir en el impacto social del proyecto. El huerto se ha convertido en espacio de encuentro. Miguel cocina todos los viernes para gestores de frutas y trabajadores que van rotando. Algunos empleados aprovechan la sombra para tomar algo y seguir con la jornada. Además, este año saldrán 12 toneladas directas para el Banco de Alimentos. Y luego está la repercusión medioambiental. David se pone serio al recordar que el sector del transporte genera el 27,2% de las emisiones de CO2 en España. “Debemos contribuir a revertir esta situación y, al mismo tiempo, aportar valor añadido a la cadena de suministro para ser más competitivos”, subraya.



El gerente de BilbaoTruck tiene clarísimo que el compromiso medioambiental se ha convertido en un factor clave para destacar dentro del sector y hacerse más fuerte. El huerto que tanto entusiasma a Miguel es una línea más en la estrategia empresarial de David.

Entre el rosario de medidas incorporadas está la instalación de placas solares. Hay 165, cubren todas las necesidades energéticas del taller y generan un excedente del 6,5% de energía verde para vender en el mercado. “Han supuesto un gran parachoques frente a la escalada de precios de los últimos tiempos. La previsión era amortizar la instalación a cinco años y lo vamos a hacer este mes”, explica.



Otra acción que les ha permitido reducir tanto gastos como contaminación viene de la mano de un proyecto en el que colaboran, desde mediados de 2022, con la Diputación de Bizkaia. BilbaoTruck cuenta con una máquina que genera nitrógeno a un 99% de pureza, un servicio único en todo Euskadi con ahorro de costes muy significativo tanto para la organización como para sus clientes. Y no solo eso. Hasta el bien más preciado del mundo ha fortalecido su valor desde la entrada de David a la empresa. Pillaron tres cisternas de combustible con una capacidad total de 135.000 litros y las convirtieron en súper depósitos de agua: el año pasado recogieron 2 millones de litros que se utilizaron para el riego del huerto y la realización de pruebas hidráulicas en el taller.

David recoge el premio CEPYME/BilbaoTrucks

"Somos una parte en la cadena de responsabilidad"

Innovación y medioambiente van de la mano. Es cuestión de supervivencia, más allá de que las empresas se conciencien o no sobre la importancia de impulsar un nuevo paradigma. “A partir de 2025, todas las compañías vamos a tener que medir nuestra huella de carbono, desde el pozo de donde se extrae energía hasta la producción final. Esto es una cadena. Y al que emita C02 le van a dar un sartenazo. Nosotros estamos en conversaciones con IHOBE para hacerlo”, subraya Miguel.

Cómo no, los reconocimientos van llegando. Hace poco BilbaoTruck recibió el Premio CEPYME 2022 en la categoría de Sostenibilidad y Eficiencia Energética por todos estos avances. La semana pasada tuvo reunión con Irizar, el gigante del transporte. “Somos el servicio oficial de Solaris, pero Irizar quiere que seamos su servicio a nivel nacional y colaborar en la pata de la electromovilidad”, confiesan padre e hijo.

Es lo que tiene encarar el mundo empresarial con osadía y mantenerse en “en continua evolución”. Miguel vuelve a dar números, no puede evitarlo. “El taller empezó como Vulcanizados Retuerto con 1.200 metros de nave y ocho empleados. Ahora la superficie es de 5.000 en naves y 12.000 de extensión, y hay más de treinta trabajadores. Hemos invertido en maquinaria moderna que nadie tiene, hemos buscado el impacto medioambiental…”. Y tampoco se han olvidado, o eso cuentan, de la plantilla. Desde que David entró en la gerencia, la jornada es continua: una medida infrecuente dentro de este sector que ha hecho aumentar la productividad.

Los Fernández están entusiasmados. Se les nota y lo dicen. Además, es como si en BilbaoTruck calidad y cantidad fueran de la mano. El propio taller es el mayor del norte de España, pero Miguel remata esta historia con una anécdota para sortear cualquier atisbo de bilbainada: “A mis hijos siempre les decía que no soy dueño, sino responsable de la cadena… Siempre creyeron que tenía otro jefe. Y así debe ser: somos parte de la cadena de responsabilidad y hay que actuar en consecuencia”.