Galicia acapara buena parte de las zonas estratégicas reservadas por el Gobierno central para instalar aerogeneradores marinos. No es casualidad que la comunidad gallega esté centrando la atención de importantes fabricantes, algunos de ellos vascos, de cara a colocar un pie que permita tener garantizada la presencia en ese nuevo ecosistema eólico. Un protagonismo que por ahora no tendrá Euskadi a pesar de contar con empresas muy potentes en este sector, algunas de ellas líderes a nivel europeo.
El desarrollo de la eólica marina está aun en fase muy incipiente como para sacar conclusiones, pero no es descabellado apuntar que, a día de hoy, Euskadi corre el riesgo de quedar, como ocurrió con la eólica terrestre, más como 'fábrica' que como territorio puntero en la generación de energía mediante esta tecnología.
La fortaleza de fabricantes como Haizea Wind, Siemens Gamesa o, más a nivel de componentes, Vicinay, Euskalforging o Navacel, contrasta con un pobre reparto por parte del Ejecutivo español de zonas marinas frente a la costa vasca para colocar molinos de viento, lo que compromete el desarrollo 'en casa' que puedan tener compañías en rápido crecimiento gracias a proyectos pioneros como Saitec.
La ingeniería leioztarra ya tiene en marcha su aterrizaje en el puerto de A Coruña para el desarrollo de plataformas flotantes, un claro indicio de ese protagonismo que van a adquirir las aguas de Galicia en esa esperada explosión de la eólica offshore en España. Como informa este jueves Crónica Vasca también los planes de expansión de Nervión Naval, del grupo Amper, pasan por esa comunidad atlántica.
Zonas precomerciales
Como advertía David Carrascosa, de Saitec, en el Parlamento Vasco, el reparto de zonas efectuado en los POEM (Planes de Ordenación del Espacio Marítimo) dejan a Euskadi únicamente áreas experimentales para la eólica marina. Es decir, no hay capacidad de momento en las aguas vascas para colocar parques marinos comerciales (las dos áreas vascas son Bimep 1, en Armintza, donde se instalará este verano Demosath, y Bimep 2, abriendo el foco más hacia Plentzia, donde irá ubicado Geroa).
La legislación no es inmutable y en ese sentido se espera que a medida que la tecnología de generación flotante, que es cuatro veces más cara que la offshore que va anclada al lecho marino, vaya avanzando se vaya abriendo la mano también a nivel regulatorio. Dicho de otra manera, la carrera de Euskadi no tiene por qué terminar en la instalación de Geroa (será un parque piloto con tres aerogeneradores con en total 45 MW que estará en funcionamiento en 2026) pero a día de hoy sí hay una brecha legal que genera incertidumbre y dificulta la planificación y la fijación de plazos temporales para las compañías del sector.