La empresa vizcaína de biotecnología ambiental Bromalgae ha desarrollado un árbol artificial capaz de depurar la atmósfera como lo harían mil árboles jóvenes. El prototipo ha sido diseñado en BIC Ezkerraldea, el Centro de Empresas e Innovación de Ezkerraldea, en Barakaldo, a partir de una pormenorizada investigación en torno a las microalgas.
GarbiAir, como así ha sido denominado, pretende ser un avance revolucionario a nivel medioambiental, ya que “este árbol de metal con alma vegetal” ha demostrado su eficacia para combatir la presencia de gases contaminantes en el aire, entre ellos los óxidos de nitrógeno (NOx) y el dióxido de carbono (CO2). Al reducir la presencia deestos gases, ayuda a combatir el cambio climático y el calentamiento global, así como a mejorar la calidad del aire que respiramos.
Las propiedades de las microalgas
GarbiAir es un árbol con piel de acero Corten, “muy representativo del Gran Bilbao y de su pasado industrial”, indica el CEO de Bromalgae, Guillermo Barredo, quien destaca que además cuenta con “un alma biológica”, ya que su interior encierra su componente más valioso, las microalgas. “Una suspensión acuosa con diferentes nutrientes, como las microalgas ‘Chlorella Vulgaris’, una de las más estudiadas y conocidas, se encarga de captar el aire contaminado, que se recircula por un depósito con diseño cónico, y, con la ayuda de la luz solar o artificial generada mediante leds, se produce la fotosíntesis, liberando, como cualquier otro vegetal, oxígeno puro a la atmósfera. Además, mediante sensórica y un PLC se controla y monitoriza su funcionamiento, lo que permite conocer en todo momento los porcentajes de gases de efecto invernadero eliminados y que pueden consultarse en aplicaciones Cloud de forma online”, detalla el CEO de Bromalgae.
Este original árbol está disponible en dos tamaños. El más pequeño tiene un volumen de 0,3 metros cúbicos y actúa como 249 árboles jóvenes o a 59 árboles de diez años de edad. Y el modelo más grande, de 1,2 metros cúbicos de volumen, es capaz de eliminar los gases de efecto invernadero que podrían purificar mil árboles jóvenes o 236 árboles de diez años de edad. Según sus cálculos, GarbiAir tiene un consumo inferior a los 2 kW/h y tendría la capacidad para tratar 3.504.000 Nm3 de aire al año -4,412 toneladas anuales de CO2 y 133.152.000 ng anuales de NOx.
Desde Bromalgae aprovechan las propiedades de las microalgas, con aplicaciones en la alimentación o en la salud, como “una solución innovadora y prometedora para ayudar a limpiar la atmósfera de nuestras ciudades, ya que eliminan estos gases nocivos”, tal y como destaca Barredo. Es a través de la fotosíntesis, cómo las microalgas aprovechan la energía solar o la luz artificial mediante tecnología led y absorben el CO2 y los NOx presentes en el aire circundante, gases perjudiciales pero que se convierten en nutrientes esenciales para las microalgas, que, a cambio, liberan oxígeno puro y limpio como subproducto.
“Se trata de una relación simbiótica perfecta”, concluye Barredo, quien ha adelantado a Crónica Vasca que acaban de arrancar la comercialización de estos árboles artificiales y, de hecho, el que tienen en el jardín de sus instalaciones de Barakaldo va a viajar próximamente a Baiona, ya que el Ayuntamiento de la localidad francesa ha sido una de los primeras instituciones en mostrar su interés en esta solución tecnológica.