Tubos Reunidos producirá los primeros lingotes de acero en su nueva planta de Amurrio en septiembre

Tubos Reunidos encara la segunda recta del año con reservado optimismo, ya que sus resultados económicos caminan en la senda de la recuperación. A pesar de contar con una cartera de pedidos por valor de 141,7 millones de euros, la entrada de nuevos encargos “se ha reducido de forma relevante en los últimos meses debido a los ajustes a la baja, tanto en la demanda aparente, como en los precios”, indican desde la compañía. Sin embargo, los resultados del segundo semestre del año prevén alinearse con lo establecido en el Plan Estratégico de la compañía. Por ello, han garantizado en la Junta General de Accionistas celebrada hoy en el Palacio Euskalduna de Bilbao que seguirán la hoja de ruta diseñada desde la dirección.

Una de las actuaciones de su Plan estratégico 2021-2026 que más calado tiene en Euskadi es la apertura de la nueva acería que la compañía está construyendo en Amurrio. Su entrada en funcionamiento, tal y como han anunciado, se producirá después del verano, en el tercer trimestre del año, con el objetivo de poder producir los primeros lingotes de acero el próximo mes de septiembre. Para ello, deberá trasladarse la actividad relacionada con los procesos de fundición de la antigua acería de Amurrio y de la de Trápaga a las nuevas instalaciones, que estarán listas para llevar a cabo la producción total a partir de noviembre.

De forma complementaria, seguirán llevándose a cabo las inversiones previstas para la progresiva ejecución de las áreas de laminación y terminación de las plantas de Trápaga y Amurrio, junto con la implantación de su proceso de digitalización. Todo ello conllevará una inversión de 18 millones de euros a lo largo de este año.

Previsiones al alza

Aunque Tubos Reunidos no alcanzará los 85 millones de beneficio neto que obtuvo en 2008, año récord de la compañía, sí prevén que 2023 sea un buen año. “El presente ejercicio, a 31 de mayo, está teniendo un crecimiento con una cifra de ventas superior a los 300 millones de euros, un 35% más con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, con una mejora de márgenes y un resultado de EBITDA superior a los 70 millones de euros”, ha destacado el presidente ejecutivo de la compañía, Francisco Irazusta.

Teniendo en cuenta que el resultado neto de 2022 fue superior a los 50 millones de euros, esas previsiones de 2023 supondrían mejorar en 7 millones de euros lo obtenido el pasado ejercicio. Y es que en 2022, Tubos Reunidos logró un beneficio neto de 43,5 millones de euros frente a unas pérdidas de 64,7 millones en 2021.

Adaptación a la transición energética

El presidente de la compañía ha destacado que el sector energético se encuentra “en plena fase de desarrollo y de transición acelerada” por los hechos tan relevantes que se están viviendo, por lo que “es difícil prever cómo acabará el ejercicio y menos aún cómo arrancará 2024”.

En este sentido, ha alentado a “seguir trabajando día a día, sin olvidarnos de las incertidumbres que en estos momentos existen en todas las economías mundiales, fruto de los problemas en las cadenas de suministro, los incrementos de los costes de las materias primas y de los costes energéticos sin precedentes, y los consiguientes impactos en la inflación que estos están generando”. 

Con todo ello, “las inversiones en el sector, por el necesario proceso de adaptación a la transición energética, pueden conllevar altibajos, ya que los incrementos de los tipos de interés hacen más complicada la viabilidad de los proyectos, y ya percibimos una ralentización en la demanda”, ha advertido.

En su intervención, Irazusta ha recordado que “2022 fue un buen año, con un fuerte incremento de la demanda para perforación y conducción en Norteamérica y la contracción de una parte importante de la oferta tradicional, como consecuencia de las disposiciones antidumping en ese país, lo que ha permitido que, a lo largo del año, la entrada de pedidos haya continuado ganando pulso mes tras mes”.