Iberdrola cuenta con 3.000 MW de proyectos de eólica marina en construcción y en cartera, lo que convierten a la compañía vasca en líder mundial en este ámbito. A principios de este mes de julio, la compañía vasca conectaba a la red eléctrica el parque eólico marino de Saint-Brieuc, en Francia, el primer proyecto eólico marino a gran escala que se entrega en la región de Bretaña. Además, está previsto que el parque Vineyard Wind, en Estados Unidos, entre en funcionamiento en el último trimestre de 2023. También el parque eólico Baltic Eagle, en Alemania, estará operativo en 2024, junto con East Anglia 3 (Reino Unido) y Windanker (Alemania), que comenzarán a producir energía renovable en 2026.
Estos proyectos se añadirán a la actual cartera de 1.258 MW de proyectos eólicos marinos operativos, entre ellos West of Duddon Sands, en el Mar de Irlanda; Wikinger, en el Mar Báltico alemán; y East Anglia One, en el sur del Mar del Norte. Hace unos días, además, Iberdrola anunciaba una nueva alianza. En este caso con Masdar, el grupo de renovables de Emiratos Árabes, con quien coinvertirá en el parque eólico marino Baltic Eagle, situado en el Mar Báltico, en Alemania.
Desde 2006, Masdar ha sido pionera en el avance del sector de la energía limpia en los EAU, Oriente Medio y en el resto del mundo. Con proyectos en 40 países, Masdar suministra más de 20 GW de energía, suficiente para abastecer a más de 5,25 millones de hogares. Su cartera mundial de inversiones supera los 30.000 millones de dólares (unos 27.000 millones de euros) y, en algunos casos, los proyectos de Masdar están llevando la electricidad a lugares donde no la había.
476 MW de capacidad
El parque eólico marino Baltic Eagle, que cuenta con una capacidad de 476 MW, estará formado por 50 aerogeneradores de 9,53 MW de potencia unitaria sobre monopilotes, para una producción anual de 1,9 TWh, suficiente para satisfacer de forma sostenible la demanda de 475.000 hogares y evitar la emisión de 800.000 toneladas de CO2 a la atmósfera cada año.
La operación ha sido valorada en 1.600 millones de euros y se trata de una inversión estratégica para Masdar de cara a la organización de la COP28 por parte de los EAU. Además, contribuye al cumplimiento del acuerdo de Aceleración de la Seguridad Energética y la Industria (ESIA) firmado en septiembre del año pasado entre los EAU y Alemania para impulsar proyectos de interés conjunto en ámbitos como la seguridad energética, la descarbonización y la acción por el clima.
Antes de que los EAU sean los anfitriones de la COP28, el Sultan Al Jaber e Ignacio Galán se reunieron a principios de mes para abordar “la necesidad urgente de triplicar la capacidad global de energía renovable para garantizar que los objetivos de limitar el aumento global de la temperatura del Acuerdo de París puedan ser alcanzables”.
Entrada en funcionamiento a finales de 2024
Este parque, cuya entrada en funcionamiento está prevista para finales de 2024, cuenta con una tarifa mínima regulada de 64,6 €/MWh durante sus primeros veinte años. Además, tiene ya vendida el 100% de su producción con contratos a largo plazo.
En este nuevo parque, Iberdrola contará con un porcentaje mayoritario del 51 % en los activos y prestará servicios de operación y mantenimiento y otros servicios corporativos, con el objetivo de acelerar la independencia energética en Europa.
La firma del acuerdo ha tenido lugar en Madrid entre el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, y el CEO de Masdar, Mohamed Jameel Al Ramahi. Ambas partes consideran que esta es “una transacción de importancia estratégica y un hito fundamental que fortalece una asociación que permitirá explorar más oportunidades de inversión en energía renovable en diversas tecnologías y regiones”.
La asociación estratégica entre Masdar e Iberdrola ayudará a avanzar en los ambiciosos objetivos de desarrollo de la energía eólica marina en Europa. Al unir fuerzas, dos empresas emblemáticas de energía limpia compartirán conocimientos y desarrollarán soluciones innovadoras. Esto también puede permitir mejores prácticas de gestión de proyectos y eficiencias operativas, lo que en última instancia reduce los costes y hace que la energía eólica marina sea más competitiva.