Las turbinas defectuosas de Siemens Gamesa han provocado un agujero de pérdidas estimado primero en torno a los 1.000 millones de euros en su profit warning, pero que fueron recalculados posteriormente y elevaron la cifra hasta los 1.600 millones. A pesar de que a día de hoy no se ha anunciado ningún cierre, los nervios son palpables, ya que la matriz de origen alemán, Siemens Energy, se encuentra ultimando su plan estratégico para los próximos años.
En este plan están valorándose “todas las opciones” tal y como adelantó su CEO, Christian Bruch, en la presentación de los resultados trimestrales que hizo la firma el pasado mes de agosto. “La prioridad ahora mismo es estabilizar Siemens Gamesa”, advirtió entonces.
Ahora, desde la compañía, emplazan al 21 de noviembre para conocer con detalle cuál será la fórmula que permitirá a Siemens Energy proyectar su futuro con números verdes. Será en esa fecha cuando la compañía hará pública su ruta para salir del bache con la presentación de un plan estratégico que podría contemplar una reestructuración que conlleve cerrar plantas productivas en España y recortar plantilla, en un momento, en el que, paradójicamente, el sector eólico atraviesa vientos favorables con licitaciones para nuevos parques. En la actualidad, Siemens cuenta en España con 3.700 personas en plantilla, entre su sede central, en Tres Cantos, y sus sedes regionales. En Euskadi aglutina a un millar de ellas en su sede corporativa en el Parque Científico y Tecnológico de Bizkaia, en Zamudio, y sus plantas productivas de Mungia (Bizkaia) y Asteasu (Gipuzkoa).
Sin embargo, el peligro de la reestructuración es algo que lleva persiguiendo a Gamesa desde que Siemens se fusionó en 2017 con la firma vasca. Y el runrún se vio acrecentado en mayo del año pasado, cuando Siemens Energy realizó una OPA de más de 4.000 millones de euros para adquirir el 33% de las acciones de Siemens Gamesa y quedarse así con la totalidad de las mismas.
En busca de proveedores alternativos
A la falta de arraigo del grupo alemán en Euskadi se añade la pérdida de confianza en Gamesa tras los fallos detectados en su producción. Fuentes de la compañía aseguran que los problemas de calidad afectan únicamente a sus turbinas terrestres, fabricadas por Gamesa, pero no a las marinas (offshore), fabricadas por Siemens. Es más, afectan sólo a una parte de sus turbinas terrestres, las correspondientes a los modelos 4.X y 5.X, y ni siquiera a todas las unidades de dichos modelos.
No obstante, las turbinas afectadas están ya localizadas y los componentes que no cumplen con los estándares de calidad que garantizan su durabilidad van a ser reemplazados por componentes que sí los cumplan. “Hemos rescindido ya los acuerdos que teníamos con los proveedores que nos han suministrado piezas defectuosas y estamos buscando proveedores alternativos”, confirman.
Si bien no quieren dar nombres, son muchas las empresas que trabajan con Siemens Gamesa. Precisamente por el origen vasco de Gamesa, la actividad del grupo tiene un peso importante en el territorio, donde roza el 30%, por delante de Navarra, Madrid y Asturias. Y es que más de 700 proveedores de Siemens Gamesa son vascos y su actividad depende en gran medida de los vientos que mueva Gamesa. De ahí que si Gamesa se viese obligada a frenar su producción, serían muchas las empresas afectadas. Sólo en 2022, las compras del grupo a sus proveedores vascos alcanzó los 413 millones de euros, un 28% más que el año anterior.
Hay que tener en cuenta, además, que en otras plantas que tiene el grupo, como la de Nacelles, en la localidad soriana de Ágreda, los trabajadores se han visto afectados por un parón en la producción del nuevo prototipo que estaban fabricando y que iba a suponer una gran carga de trabajo durante el próximo año. Por el momento no va a haber ERTE, pero desde la dirección están pidiendo mayor flexibilidad a los operarios, incluso han propuesto a algunos de ellos trasladarse a Alemania para desarrollar allí su trabajo hasta que se solucionen los problemas técnicos y puedan reanudar su actividad.
Riesgo de destrucción de empleo
En las plantas que Siemens Gamesa tiene en Euskadi, los sindicatos no ocultan su preocupación, no sólo por el futuro del empleo, sino también por el de la empresa y el del sector en su conjunto, advierten desde ELA Gamesa. “Los tres principales fabricantes europeos de aerogeneradores se encuentran sumidos en una situación extremadamente complicada, habiendo presentado pérdidas millonarias consecutivamente desde 2020. El aumento de precio de las materias primas, la inflación, subastas centradas exclusivamente en precios y la competencia desleal de los competidores chinos hacen que la rentabilidad de los fabricantes de aerogeneradores en los últimos años haya caído en picado, haciendo peligrar su existencia”, explican.
Ante el paquete de medidas anunciado por la Comisión Europea para impulsar la industria eólica europea, ELA Gamesa no sabe “si serán suficientes para poder resucitar el sector y si llegarán a tiempo para salvar el empleo en la empresa”. De hecho, en las últimas semanas, aseguran que “la empresa ha comunicado ya, a un número importante de personas subcontratadas, que no cuentan con sus servicios de manera inmediata”, lo cual, lamentan, podría ser la “antesala de un nuevo ERE”. Además, solicitan medidas que eviten la deslocalización de “un sector estratégico y en el que Siemens Gamesa era líder mundial”.