El sindicato USO se ha reunido con representantes del Gobierno central para reclamar la continuidad de los empleos y las condiciones laborales en Celsa tras la sentencia que entrega el control del grupo a los fondos de inversión. La central, mayoritaria en las plantas catalanas (Celsa tiene en Euskadi Nervacero y Celsa Atlantic), pide al Gobierno compromisos para lograr hacer efectivas las inversiones previstas de la mano de un nuevo socio industrial.
En ese sentido USO reclama la entrada de ese nuevo accionista de perfil industrial, un asiento para el que suena la figura del empresario vasco José Jainaga, de Sidenor, de manera que se asegure la continuidad del proyecto industrial y se mantenga la sede social y fiscal en España.
Hay que recordar que Celsa ha pasado por orden judicial a estar controlada por los fondos acreedores encabezados por Deutsche Bank, lo que deja en el aire el futuro de la compañía teniendo en cuenta la abultada deuda y la necesidad de los fondos de obtener máxima rentabilidad.
El 'escudo antiopas' del Gobierno central obliga a contar con un socio industrial que asegure la continuidad del negocio industrial, en este caso la fabricación de productos siderúrgicos, de forma que se reserva un 20% del accionariado a esta nueva compañía.
"Seguiremos trabajando para conseguir que el proceso acabe de la mejor manera para los trabajadores", señala USO en una nota.