Ecologistas y vecinos denuncian la presencia de chapapote del Prestige en el vertedero de Lemoa

El vertedero de Lemoa tiene en marcha ya una primera ampliación en el marco del nuevo plan de reparto de residuos del Gobierno vasco para ganar capacidad de vertido en los próximos años, una insuficiencia agravada por el cierre de Zaldibar. La tramitación de las obras en Bistibieta, la zona de Lemoa donde se ubica la instalación (comparte frontera con Amorebieta, Galdakao y Bedia), coincide en el tiempo con las gestiones emprendidas por un grupo de vecinos coordinados por la asociación ecologista Azurreka por las consecuencias que puede tener a futuro la presencia de chapapote originario del desastre del Prestige.

El temor más inmediato de los vecinos es la pérdida de valor que puede ocasionar en sus terrenos (algunos viven a escasos 100 metros de los límites del vertedero) la existencia de chapapote que además, según cómo fuera tratado en su día, hace ya dos décadas, puede resultar peligroso a medio plazo.

Portavoces de la agrupación ecologista han estado reunidos ya con representantes del Gobierno vasco, en concreto con dirección de Calidad Ambiental y Economía Circular que encabeza Javier Agirre, para trasladar esta inquietud y, más concretamente, para conocer cuál es la cantidad real de chapapote que hay en el fondo del vertedero, así como el tratamiento que se le dio antes de depositarlo. Fuentes de esta asociación señalan a Crónica Vasca que desde Lakua se transmitió que se desconocen estos datos aunque sí se reconoció verbalmente la existencia de residuos de chapapote en Bistibieta.

A propuesta de la propia letrada del Gobierno vasco, Ainhoa Mintegui, la asociación ha solicitado a FCC Ámbito, la empresa que actualmente gestiona el recinto (no lo hacía cuando se hundió el Prestige), realizar una prueba radiológica GPR del vertedero para calcular un volumen aproximado (se pide una medición de las cotas más bajas 1, 2 y 3 frente al nivel 7 que tendría la ampliación actual). 

Por ahora la compañía no ha dado respuesta a esta petición. "Sería una falta de responsabilidad no recibir apoyo para determinar la cantidad de toneladas que hay. Siempre será necesaria la colaboración de FCC para determinar este dato", señalan desde Azurreka, que en todo caso remarca que la compañía asumió la gestión de Bistibieta años más tarde, en 2008.

Imagen tomada en 1999 en el vertedero de Bistibieta / CV

El asunto, al pleno

La asociación ya ha hablado además con la nueva alcaldía de Lemoa que encabeza el PNV tras las últimas elecciones locales para entregar todos los datos e informes que ha acumulado en los últimos años. "Queremos saber cuál será la posición del ayuntamiento ante la defensa de la ciudadanía", señalan los ecologistas.

Y remarcan que la alcaldía se ha comprometido a tratar la cuestión en la próxima comisión de medioambiente antes de llevarla a pleno. También se han solicitado reuniones en Galdakao, Bedia y Amorebieta, municipios a los que pertenecen algunos de los vecinos afectados.

El hundimiento del Prestige, uno de los mayores desastres naturales de la historia en España, dejó en el agua miles de toneladas de fuel con consecuencias directas en las playas de Euskadi, que también se tiñeron de negro. Buena parte fueron trasladadas para su tratamiento a las instalaciones de Petronor, que "hizo lo que pudo" para tratar de reutilizarlas como carburantes. En cuanto al resto, siempre según indican desde Azurreka, la mayor parte fue a parar a Bistibieta aunque hubo otros vertidos "residuales" en otros recintos.