CCOO y UGT, mayoritarios en el grupo Celsa, han denunciado "el flagrante incumplimiento" de los compromisos adquiridos por los fondos de inversión con el Gobierno español a raíz del anuncio de la venta de varias plantas en Europa, y advierten de que la operación reduce la capacidad del grupo de mantener la rentabilidad.

Celsa tiene dos compañías en Euskadi, Nervacero y Celsa Atlantic, con cerca de medio millar de trabajadores. La incertidumbre entre la plantilla de las plantas vascas es total a la espera de que los fondos de inversión que se quedaron con la propiedad tras un proceso judicial aclaren cuál es el plan industrial para cada una de las firmas.

Por ahora las sensaciones que transmiten los fondos no son buenas, señalan fuentes del comité de Nervacero, principalmente porque nadie se ha sentado a explicar qué proyecto e inversiones tienen preparados para una planta que lleva años en horas bajas. Los nuevos propietarios ni siquiera han acometido cambios ni en la cúpula ni al frente de las diversas fábricas españolas, y tampoco dan pistas sobre qué socio industrial prefieren para ceder ese 20% del capital.

Ese compromiso, el de dar entrada a un socio con experiencia en el sector (los candidatos por ahora son Sidenor, Megasa y Gallardo) se ve como algo esencial desde la parte social. Eso permitiría sentarse a hacer números con un actor cualificado y dispuesto a sacar adelante el proyecto industrial. Pero a estas alturas, transmiten fuentes sindicales, hay serias dudas acerca de si los fondos van a cumplir ese punto de los acuerdos con el Gobierno español o si solo se busca intentar torpedear el proceso para vender la compañía más cara cuando tengan oportunidad.

Instalaciones de Nervacero, del grupo Celsa

Ventas en Europa

Y el primer gran movimiento de los fondos, la puesta a la venta de activos en Noruega, Polonia y Reino Unido, ha disparado la inquietud de los sindicatos, que denuncian que se busca "hacer caja" menguando la rentabilidad del grupo. Se trata de un primer paso, advierten, en esa temida estrategia de ir desprendiéndose de la empresa por partes para rentabilizar su compra.

Y recuerdan CCOO y UGT que los fondos se comprometieron a mantener la unidad de la compañía tanto en España como a nivel internacional, por lo que se denuncia un primer incumplimiento del pacto con el Ejecutivo central, al que piden una reunión urgente para que haga cumplir el acuerdo.

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