La automoción ha sido el pilar que ha permitido a Euskadi salvar el balance comercial de 2023. Con la refinería de Petronor a una marcha menos, todos los primeros segmentos de ventas al extranjero integran directamente este sector: furgonetas, neumáticos y componentes para vehículos.
Estos negocios, que llevan detrás el nombre de los grandes tractores de la economía vasca como Mercedes, Brigestone, Michelin o Gestamp y CIE Automotive, disparan sus ventas al extranjero un 17% en 2023, un dato que sobresale ante la dinámica plana de las exportaciones de Euskadi en el año (+0,3%, según datos de Eustat). El volumen total vendido alcanza así los 9.000 millones de euros en un año, un nivel inédito que coloca a hombros de las grandes firmas de automoción el peso de casi una tercera parte de las exportaciones vascas.
En realidad la dependencia que tiene la economía vasca del sector es mayor ya que otras actividades primarias como la siderurgia o el aluminio destinan en gran medida su producción a la fabricación de vehículos. Incluso la actividad de la propia Petronor está ligada de cierta forma a los ciclos de la automoción y, a otro nivel, existen otros actores con cifras más modestas pero que también juegan un papel tractor a nivel local, caso de Irizar.
En definitiva, el cuadro exportador confirma la gran dependencia que tiene el tejido empresarial vasco de un sector en permanente transformación y que obliga también a todos los agentes a reinventarse para no quedarse fuera de escena. El Perte del vehículo eléctrico es sin duda uno de los que más expectación ha generado en Euskadi y sus proyectos con semilla vasca han recabado la participación de un buen número de empresas.
En grandes manos
En ese giro de cintura para sacar los pies de la 'hoguera' del vehículo de combustión es clave el tamaño y, mientras las grandes multinacionales van haciendo los deberes, las firmas más pequeñas siguen sufriendo las consecuencias de la incertidumbre. Y uno de los nichos donde más se perciben las dificultades para sobrevivir es la troquelería, un negocio de gran tradición en Euskadi.
A la larga lista de firmas históricas vascas que han bajado la persiana en los últimos años se suma ahora Mecaner, propiedad ahora del grupo Stellantis (además está en riesgo el futuro de Glavista, también ligada a la automoción) y que nació en los orígenes mismos de la matricería vasca. Como cada vez que un eslabón relevante de la cadena anuncia el cierre, el sector se pregunta qué va a quedar en Euskadi más allá del gigante Gestamp.
Antes cesaron su actividad Araluce o Matricería Deusto, esta última de la propia Gestamp. Curiosamente la compañía que encabeza Francisco Riberas ha jugado un papel relevante en la supervivencia de Matrici, del grupo Mondragon, que tras un ajuste de plantilla ha logrado salir del concurso de acreedores gracias a los pedidos firmados con, entre otras, Gestamp.