No ocurre con frecuencia que una empresa constituida un año atrás se declare en concurso de acreedores de la noche a la mañana. Todavía es menos habitual que, además, esté tan arruinada que carezca de activos. Y aún menos corriente es que la compañía de marras sea nada menos que un bufete de abogados.
Esto es cabalmente lo que ha ocurrido con la sociedad Crespi Abogados y Asesores. Abrió sus puertas en la bilbaína calle de Elcano número 7, al fundarse el 1 de enero de 2023. Trece meses después, Crespi está tocada y desmoronada.
El expediente de concurso de acreedores entró en el Juzgado número 1 de Bilbao. Como carece de activos, dicha instancia ha acordado abstenerse de nombrar administrador concursal y solo lo designará si lo solicitan acreedores que representen como mínimo un 5% del pasivo.
El gabinete jurídico ha estado dirigido desde el comienzo hasta el final por Bartolomé Francisco Crespi Santandreu.
Los tribunales mercantiles de Euskadi acaban de decretar, además, los siguientes concursos de acreedores:
Grúas y Carrocerías Urasandi, de Elgoibar, fabricante de carrocerías para vehículos. Actúa de administrador David Morcillo Acebes.
J3 Gestión SA, con sede en Bilbao, dedicada a la compraventa de bienes raíces. Su administradora es la sociedad GSI Grupo de Servicios Inmobiliarios, dirigida por José Andrés Ibáñez de Garayo Regidor.
On Dagidala, censada en Irun. Explota un comercio de bebidas y alimentación, ubicado en la plaza de Euskadi número 4. Sus administradores son Zigor Tristán Andurriaga, Vanesa López Lera y Luisa Álvarez Gibaja.
Supermercado Santurtzi, de Bilbao. Tiene a su cargo el establecimiento Martín Aragón, situado en la confluencia de las calles Blas de Otero y Heliodoro de la Torre. Son administradores Carlos y Justino Martín-Aragón Núñez. Santurtzi ha presentado quiebra con un balance sin masa activa.