Con más de medio año ya de vida conectado a la red, el prototipo de aerogenerador flotante Demosath desarrollado por Saitec sigue acumulando buenas sensaciones. La fase inicial de pruebas sigue su curso según lo previsto y todo apunta a que esta etapa culminará con resultado positivo para dar paso a la siguiente parada: el parque offshore precomercial Geroa, con capacidad para abastecer a 45.000 hogares y que comenzaría a producir energía a finales de 2027.
Así está en estos momentos el calendario de la ingeniería vizcaína, cuyos planes discurren en paralelo al desarrollo de legislación para el uso de zonas marítimas para la colocación de aerogeneradores. No cuenta de momento Euskadi con zonas asignadas oficialmente para fines comerciales, pero sí una (Bimep 2) catalogada por el Ejecutivo central como zona para fines precomerciales, aguas que podrían considerarse intermedias entre el laboratorio y la explotación comercial.
Por ahora aun falta tiempo para llegar a esa fase 2, que se desarrollaría durante 2027 con el montaje de los tres aerogeneradores que integrarán Geroa (entre Plentzia y Armintza) que juntos sumarán entre 45 y 48 MW. Los planes a estas alturas pasan por tener en funcionamiento esos molinos a finales de 2027, según explicó David Carrascosa, de Saitec, en una visita a la actual plataforma Demosath con varios medios de comunicación, entre ellos Crónica Vasca.
Ubicado a 2 millas de la costa, con una profundidad de 85 metros, el prototipo actual descansa sobre dos plataformas flotantes que fueron construidas en el Puerto de Bilbao. Tras el traslado el pasado verano, el prototipo Demosath lleva desde septiembre volcando energía a la red desde la zona de pruebas de Bimep, aunque aun de forma muy modesta.
La ingeniería con sede en Leioa organizó este jueves una visita junto al socio británico RWE con el que ha impulsado el proyecto, en la que el propio Carrascosa confirmó que los resultados de las pruebas realizadas hasta ahora son satisfactorias y, de momento, se cumplen los cálculos esbozados sobre el papel.
A partir de aquí los retos pasan por un lado por afianzar la tecnología y, en especial, por blindar la viabilidad financiera de este tipo de proyectos marinos. Demosath no deja de ser un experimento a fondo perdido, es decir, no va a haber un retorno de la inversión, y el siguiente paso debe ser involucrar a banca, seguros y otros inversores con el objetivo de que puedan obtener una rentabilidad. Ese será el gran objetivo de Geroa previo a dar el salto, quién sabe si podrá ser frente a la costa vasca en función de cómo avance la regulación, a los parques marinos comerciales al uso operativos ya en Europa con 20, 30 o incluso medio centenar de aerogeneradores.