Como ocurre en tierra, para montar un parque eólico en el mar un promotor debe sudar mucho en los despachos. Con la tecnología más o menos probada, sobre todo en el caso de grandes compañías que ya desarrollan proyectos fuera de España, el sector aguarda en línea de salida a que el Gobierno central dé el pistoletazo para arrancar el montaje de aerogeneradores en el agua.
Y, simplificaciones aparte, el dibujo legal no es ni mucho menos sencillo. Han pasado meses desde que Madrid hizo público un primer reparto de zonas de la costa habilitadas para albergar molinos (los POEM, planes de ordenación del espacio marítimo) y las empresas esperan con expectación el segundo paso, la concreción de una subasta que al fin arroje luz sobre quiénes, dónde, cuánto y cómo van a poder desarrollar los primeros complejos offshore en España.
Sobre esa primera subasta esperada para este 2024 hay aun pocas certezas y muchas especulaciones. El sector da por hecho que será Canarias, por las buenas condiciones de las islas y la voluntad que han mostrado las instituciones de acoger aerogeneradores en sus aguas, el punto de arranque del reparto de megavatios. El ministerio para la Transición Ecológica de Teresa Ribera ha hecho algunas declaraciones apuntando en esa dirección, aunque tampoco es descartable que la subasta abarque a más de una comunidad autónoma. La regulación final de la puja, ahora en fase de alegaciones, es inminente y su ejecución podría producirse antes de fin de año.
Las empresas vascas, 'en capilla'
La eólica marina abre una gran oportunidad de negocio, tanto a grandes promotoras como a proveedoras de componentes, la pregunta es cuándo. Y, en este caso, el cuándo es relevante. Porque una vez se distribuyan esos primeros megavatios marinos se abre un largo periodo de tramitación y construcción que sitúa el arranque del primer parque con fines comerciales, en el escenario más optimista, en 2030. Lo más probable, coincide el sector, es que los primeros grandes aerogeneradores giren sus aspas en las costas españolas ya entrada la próxima década.
Esto hace que los incipientes proyectos offshore para España sean a día de hoy meros bocetos sin ninguna previsión de impacto en las cuentas de las empresas a corto plazo. La propia Saitec, pionera en el desarrollo de la tecnología flotante Sath, concibe a día de hoy Demosath como un proyecto a fondo perdido. El molino desarrollado junto a RWE Renewables y colocado en Armintza por ahora solo ha generado gastos, si bien las puertas están ya abiertas para exportar esa tecnología a otros países con la eólica offshore más avanzada. La ingeniería vizcaína tiene previsto, antes de la explosión de esta fuente de energía a escala comercial, en torno a 2027 o 2028, colocar dos parques aun experimentales (menos de 50 MW) en las costas de Bizkaia y Cataluña.
Más de 200 MW
El salto desde esos complejos denominados precomerciales de Saitec (Euskadi no tiene de momento asignadas zonas marítimas para construir grandes parques offshore) a los comerciales es importante, tanto por número como por tamaño de los aparatos. En el caso de las dos candidatas vascas a estrenarse en esa primera subasta prevista para Canarias, Sener e Iberdrola, ambas manejan proyectos en esta comunidad por encima de los 200 MW.
La ingeniería de los Sendagorta trabaja en consorcio junto a Bluefloat y Plenitude en el desarrollo de parques en las islas atlánticas, Cataluña y Galicia. En el primer caso, el proyecto Tarahal estaría integrado por 13 aerogeneradores con una potencia conjunta de 225 MW situados al sur de Gran Canaria (a 23 kilómetros de Maspalomas). La compañía con sede en Getxo, que prevé la creación de más de 3.000 empleos con Tarahal, apunta hacia 2031 como fecha para el arranque real de la eólica offshore en España. "Siendo optimistas, la tramitación de estos proyectos puede durar del orden de 2 años y la construcción entre 3 y 4 años dependiendo del tamaño del parque", indican.
En cuanto a Iberdrola, el gigante de Ignacio Sánchez Galán cuenta con experiencia en el sector en el extranjero y está llamado a ser uno de los motores en el desarrollo de esta energía verde en España. De momento en lo que se refiere a Canarias la energética vasca cuenta con un proyecto sobre la mesa, San Borondón, de 238 MW también en Gran Canaria. Además, la energética tiene previsto de momento colocar aerogeneradores en aguas de Galicia (2) y Cataluña (1).
Entre las aspirantes a esa primera fase canaria, más de una veintena de peticiones, figuran nombres como Ferrovial, Cobra, Capital Energy, Acciona o la propia RWE Renewables, el partner germano de Saitec que impulsa también nuevos parques terrestres en Euskadi.