El paso de los años ha ido avivando el debate sobre la necesidad de dotar a la economía vasca de un gran instrumento financiero para respaldar a las empresas. Ganar tamaño y echar raíces en mercados internacionales con proyección es uno de los grandes retos de la mayoría de compañías y un fondo soberano, como llaman a esa herramienta PNV y EH Bildu en su programa para las autonómicas del día 21, puede contribuir a ese objetivo.
Que Euskadi es un destino apetecible para los grandes inversores es un hecho. La venta de algunos de los puntales empresariales en los últimos años (la inversión extranjera se fue por encima de los 5.000 millones de euros en 2022 por ITP y Gamesa) puede tener consecuencias negativas en el futuro pero, a la vez, es una señal del atractivo que despiertan algunas compañías vascas bien posicionadas en su sector y de alto perfil tecnológico.
El ecosistema empresarial vasco tiene tirón en el extranjero pero, ¿qué potencial tiene Euskadi en el exterior? Según datos del ministerio de Economía, Comercio y Empresa el año pasado las inversiones fueron de 1.161 millones de euros, algo menos que el dinero que llegó de fuera (1.555 millones). El volumen de gasto de empresas vascas en otros países bajó con fuerza al suponer prácticamente la tercera parte de los 3.000 millones anuales que se invirtieron en el trienio 2020-2022 (el año de la pandemia fue uno de los más fructíferos por encima de los 3.500 millones).
La cifra queda por debajo de los 1.700 millones de euros de 2019 y de hecho, a pesar del actual contexto inflacionario, es la más baja desde el ejercicio 2015, cuando solo se alcanzaron los 635 millones de inversión empresarial en el exterior. El dato del año pasado sigue a la cola aunque se incluyan los 380 millones que paga Vidrala por la brasileña Vidroporto, adquisición que se confirmó en diciembre y no computa en la estadística oficial de 2023.
Turquía, líder en 2022
Como es normal son las multinacionales las que tiran de la estadística, con las dos cotizadas del Ibex a la cabeza, Iberdrola y BBVA. De hecho una operación clave para sostener esos 3.000 millones de inversión en 2022 fue la compra por parte del banco de Carlos Torres de parte del accionariado de su filial turca Garanti, en la que ese año elevó su participación hasta el 86%. Además, entre otras operaciones relevantes ese año, hay que recordar que la alavesa Aernnova se hizo con dos plantas productivas de Embraer en Portugal. Turquía y Portugal concentraron así dos terceras partes de todo el gasto en el extranjero en 2022.
Entre los principales destinos del dinero vasco el año pasado (desaparecen Turquía y Portugal) destacan Alemania y Francia, que suman más del 80% de toda la inversión, y en tercer lugar Reino Unido. De nuevo destacan el sector financiero y la energía, BBVA e Iberdrola, esta última en fase de construcción de su parque offshore galo de Saint Brieuc.
Competencia en el norte
Euskadi queda así en un segundo pelotón a nivel de inversión exterior junto a comunidades autónomas de la cornisa cantábrica como Galicia, también en el entorno de los 1.000 millones de euros de gasto o Cantabria y Asturias (1.600 y 2.500 millones, respectivamente). No deja de ser llamativo el tirón que presentan en otros países las compañías de los territorios del norte frente a las paupérrimas cifras de otras comunidades españolas.
A nivel de capitales lógicamente destaca Madrid, cuyas empresas hicieron compras en el extranjero por valor de casi 14.000 millones de euros en 2023, un listón inalcanzable para el resto. Sorprende que Cataluña, pese a su tamaño y poderío económico, apenas superó el año pasado los 500 millones, lejos incluso de las cantidades que manejaron las empresas de la franja Galicia-Euskadi.