Las criptomonedas siguen generando cierta desconfianza a nivel social y lo cierto es que son una industria con riesgos. Las criptos pueden parecer un casino, incluso para los más suspicaces una estafa a punto de venirse abajo, y aun así conforman un mundo que no para de crecer y que va ganándose un cierto respaldo institucional: las haciendas ya obligan a declarar este tipo de moneda digital.
Bitcoin o Ethereum abren un mundo además para los inversores que quieran asumir más riesgos. En España empiezan a germinar fondos de inversión alternativos con la bendición de la CNMV asociados a estos activos que están cosechando en sus primeros meses de andadura rendimientos altísimos a cambio de fuertes subidas y bajadas continuas o, en el argot, sujetas a una alta volatilidad.
El banco A&G fue el primero en lanzar un fondo de este tipo en España, lo hizo en octubre de 2023, y en poco más de medio año la rentabilidad es del 90%, como explica uno de sus gestores, Román González. Matemático e ingeniero informático, González llevaba años estudiando el mundo de las criptomonedas antes del lanzamiento del fondo el pasado octubre.
La fase final previa al estreno estuvo enfocada precisamente a vencer esos temores del regulador que, finalmente, se traducen en ciertas restricciones en la configuración del fondo: se trata de una inversión solo para cliente profesional (con conocimientos financieros y un volumen determinado de patrimonio y operaciones anuales). Con todo, el balance es satisfactorio porque, como explica González, el visto bueno de la CNMV es en cierta forma un paso adelante que sirve "para legitimar" este tipo de activos.
Luz verde de la CNMV
"Que los grandes jugadores como Blackrock o Fidelity lancen sus propios productos asociados a las criptomonedas ayuda a que los reguladores europeos den el paso y haya cierta luz verde. El mundo institucional de la gestión traidicional empieza a considerar esto como un nuevo tipo de activo, un activo legítimo", relata el gestor de A&G, entidad en expansión que abrió su primera oficina en Bilbao hace un par de años.
¿Cuál es el factor diferenciador de invertir en un fondo de criptos? "En renta variable tradicional se suele decir que tienes un bajón del 40 o 50% cada diez años. Esto en el mundo de las criptos ocurre todos los años. El riesgo de este activo es muy alto", dice González. "La volatilidad está ahí y luego está el riesgo de custodia, es decir, quién hace la salvaguarda de las criptomonedas asociadas al fondo, ahí hay mucha tecnología detrás", explica.
El fondo tiene en estos momentos en torno a un 80% de la inversión en Bitcoin y Ethereum pero también hay apuestas concretas por monedas más pequeñas. "Por hacer una comparación, nuestra cripto más pequeña, Cosmos, tiene el mismo volumen en mercado muchos días que la acción de Endesa. Es un mito que este sea un activo poco líquido, podemos deshacer posiciones de miles de millones de euros en segundos".
Los 'criptoinviernos'
Por ahora la inversión en este tipo de vehículos 'de riesgo' está limitada a patrimonios altos y ahí se abre la incógnita de en qué medida se popularizarán las criptos en los próximos años. "Esta es una tecnología que el mundo necesita y que está infravalorada. Seguramente muchas pequeñas van a acabar valiendo cero pero las más fuertes como Bitcoin o Ethereum, que ya están asentadas, van a perdurar mucho en el tiempo", vaticina el gestor.
En cuanto al plazo recomendado para los inversores, González apunta a un periodo óptimo de al menos cinco años que permita sortear los 'criptoinviernos'. "Suele haber periodos de 18 o 20 meses con fuertes caídas donde todo el mundo deja la inversión, los 'criptoinviernos', que se intercalan con subidas estratosféricas. Quien sea capaz de no dejarse llevar por la euforia ni por el pánico al cabo de cinco años puede tener rentabilidades del 35 o incluso el 40%".