"Resiliencia, compromiso e innovación" ha sido la respuesta de las empresas tecnológicas vascas ante las demandas de un mercado en permanente evolución, según destaca la presidenta de Gaia, Elena Zarraga, durante la presentación de balance anual del sector, que celebra hoy su asamblea anual en el edificio Tabakalera de Donostia-San Sebastián.
Zarraga ha felicitado el trabajo realizado por las organizaciones y profesionales que conforman este ecosistema y ha subrayado la necesidad de seguir ofreciendo "soluciones y servicios vanguardistas que permitan al sector tecnológico incrementar su competitividad e integrar actividades en torno a la economía del dato".
Uno de los retos prioritarios del sector pasa por "incrementar el arraigo de las empresas en Euskadi y preservar los centros de decisión en nuestro entorno". Y para ello, señala la presidenta, "la dimensión de las empresas es una característica estratégica para competir en las ligas internacionales con el objetivo de soportar desarrollos tecnológicos conjuntos más rápidos y de mayor alcance".
Precisamente para mejorar su competitividad, Gaia llama a la puerta de BasqueFIK, el clúster de industria financiera recién articulado en Euskadi. "Tenemos que alinear su capacidad de inversión con nuestros retos de crecimiento", destaca Zarraga.
"Necesitamos de ese nuevo clúster para garantizar que cualquier empresa que en estos momentos quiera crecer, pueda crecer con capital próximo sin tener que someterse a esas imposiciones de empresas globales o fondos de inversión multinacionales", añade su director general, Tomás Iriondo.
Crecimiento en competitividad
"A día de hoy, toda compañía que quiera estar en el mercado, o está la venta o está a la compra", advierte Iriondo. En este sentido, el director general del clúster revela que una de las estrategias en la que las empresas vascas están trabajando para hacer frente a las multinacionales tecnológicas tiene como objetivo adquirir "más dimensión y más capacidad" para "facilitar la creación de alianzas y colaboraciones entre empresas", como por ejemplo, Ormazabal e Ikusi, dos empresas familiares con actividades complementarias que en 2010 se fusionaron para reforzar su posición a nivel nacional e internacional.
Y es que, coincide Zarraga, "es evolutivo y sostenible entablar alianzas, integraciones y fusiones entre pymes" para "crear nuevas dinámicas de colaboración que posibiliten complementarnos y especializarnos".
La preocupación por buscar un tamaño óptimo en un mercado tan competitivo es algo generalizado entre las más de 300 empresas que forman parte del clúster, si bien, "ser competitivo no tiene que ver solamente con esta característica", sostiene Zarraga, quien indica que "no existen unas dimensiones idóneas" y que el objetivo de las tecnológicas vascas "no tiene que ser alcanzar el tamaño de las Big Four".
Sin embargo, la presidenta del clúster alerta de la necesidad de crecer en competitividad y especialización en el territorio vasco. "Tenemos ámbitos de competencia muy demostrados, con empresas especializadas en determinadas verticales y empresas tractoras que, además de cumplir con sus propios objetivos, no se están olvidando de la cadena de suministro".
Trabajo colaborativo en un mercado global
Por eso, otro de los principales retos del sector es "crear nuevas dinámicas de trabajo y de desarrollo colaborativo para competir en un mercado cada vez más global". Por un lado, apuesta por "crear espacios de datos comunes, donde el talento y los perfiles de especialización compartan retos tecnológicos y nuevos desarrollos, facilitando asimismo la transferencia del conocimiento y complementando especializaciones entre empresas competidoras y complementarias".
Y, por otro, aboga por implementar "infraestructuras de propósito abierto al servicio de una comunidad de empresas", para lo cual se precisa de "una coinversión generosa para garantizar el factor diferencial de la infraestructura y acelerar la amortización de estas inversiones".