2025 está marcado en rojo en la hoja de ruta para la descarbonización de Sidenor, un camino que todas las acerías deben recorrer para sobrevivir. El grupo de José Antonio Jainaga prevé que el año que viene toda la energía eléctrica consumida tendrá un origen renovable, un primer paso hacia la neutralidad climática que debe lograrse antes de 2050.
Pero ya no vale solo con llenar de renovables el depósito eléctrico. Las acerías son grandes consumidoras de gas y hay que encontrar vías para sustituir progresivamente una fuente energética considerada de transición. Y hay tres salidas, básicamente: consumir menos, electrificar en la medida de lo posible y dar con nuevas energías limpias que permitan cubrir ciertas fases del proceso productivo.
En este último punto la gran esperanza es el hidrógeno. Es una tecnología aun muy poco madura pero a la que la siderurgia ha fiado un papel protagonista en la transición energética. Aun son muchas las barreras por superar para que se pueda alimentar de verdad una gran planta con hidrógeno verde, sobre todo a nivel de transporte y almacenamiento, pero ya hay en marcha grandes proyectos en Europa incluso Euskadi ha albergado ya las primeras pruebas piloto.
A la cabeza se encuentra la que apunta a ser una de las grandes referencias a nivel de descarbonización del acero europeo como es ArcelorMittal Sestao, que ya ha incluido de forma puntual el hidrógeno como combustible dentro del propio proceso productivo en la factoría vizcaína. La operación dirigida por la ingeniería guipuzcoana Sarralle, socio clave de Arcelor también en la reforma de las instalaciones de Gijón, tendrá su réplica en otras acerías del territorio aunque de momento acotada a una parte específica del circuito de fabricación, casi a nivel 'de laboratorio'.
Pruebas piloto
En ello está por ejemplo Sidenor, eslabón del Corredor Vasco de Hidrógeno y de la alianza H-Acero en la que han participado las principales acerías de Euskadi con el propósito de abrir puertas al hidrógeno en el mundo del acero. La compañía de Jainaga explica en su último informe de sostenibilidad que trabaja para poder utilizar esta fuente limpia en todos los procesos de combustión para eliminar emisiones empezando en 2025 ya con las primeras pruebas industriales en planta.
En concreto se explica que el año que viene se utilizará hidrógeno para el calentamiento de cucharas (donde se transporta el acero fundido a alta temperatura), en la línea de lo que ya se ha hecho en esa prueba piloto en Arcelor Sestao. El grupo con sede en Basauri declara que el hidrógeno debe ser "el vector preferente" en la descarbonización del acero.
Asegurar el suministro
La de Jainaga, presidente de la asociación española de industrias de gran consumo, ha sido estos años una de las voces más críticas con la política energética. Recientemente calificaba de "aberración" la planificación del fin de las nucleares en España por la pérdida de competitividad para la industria que puede suponer esta decisión frente a la de otros países como Francia.
En ese sentido el empresario bilbaíno ha puesto en marcha una medida pionera en el sector como es la de comprar sus propias plantas fotovoltaicas para ganar autosuficiencia energética y estar menos expuesto a los picos de precios. Junto al EVE, la agencia energética del Gobierno vasco, Sidenor ha invertido 40 millones en ocho parques solares en Cataluña que contribuirán a ese objetivo de operar al 100% con electricidad renovable.
El pasado año Sidenor mantuvo el nivel de ventas en cuanto a toneladas de acero aunque redujo ligeramente la facturación, que cae por debajo del listón de 1.000 millones de euros alcanzado en 2022. El beneficio del grupo baja con fuerza pasando de 62 a 23 millones de euros.