Aunque no es el principal objetivo de la operación, el desembarco del Gobierno vasco en la guipuzcoana CAF vía Finkatuz empieza a aportar un nivel de ingresos interesante a las arcas públicas. El salto hasta el 3% del capital, unido al buen 2023 que ha cerrado el fabricante de trenes y autobuses, elevan la suma vía dividendos que va a recibir el Ejecutivo por encima del millón de euros, en concreto hasta 1,14 millones.

El reparto a los accionistas se hará oficial en la junta de este próximo sábado, en la que se hará repaso a un ejercicio dulce en el que CAF estuvo cerca de doblar el beneficio de 2022. Fue aquel un año complicado pese a la buena evolución de los pedidos en el que los márgenes se acortaron por la elevada inflación, un contexto al que se le da la vuelta para cerrar 2023 con unas ganancias de casi 90 millones de euros.

La firma de Beasain mejoró sus ventas el pasado año y llegó a diciembre con una cartera valorada en más de 14.000 millones de euros, a la que se han ido incorporando estos meses más contratos. La realidad es que, como le ocurre al otro gran fabricante ferroviario en España, Talgo, el volumen de trabajo no es un problema en un sector que sonríe impulsado por la descarbonización y el fomento del transporte público en todo el mundo. En cuanto a la otra parte del negocio de CAF, los autobuses, la filial Solaris está sabiendo aprovechar las ventanas que abren los combustibles alternativos como el hidrógeno.

La previsión es seguir mejorando facturación y resultado en 2024, ejercicio en el que CAF se ha visto involucrada sin pretenderlo en la operación de compra de su 'colega' Talgo. Los rumores en torno a la posible compatibilidad de CAF y Talgo han existido siempre, si bien en los últimos meses han sonado con más fuerza. Al Gobierno de Pedro Sánchez le queda en ese sentido apenas un mes para dar con un comprador alternativo a Magyar Vagon y lo cierto es que no hay señales que apunten a que la compañía que encabeza Andrés Arizkorreta vaya a presentarse voluntaria a última hora.

CAF avanza con las pruebas del tranvía autónomo

Plan de expansión

El buen momento se traduce en un cierto impulso de la acción en los mercados, que responden positivamente el plan estratégico de la guipuzcoana, muy centrado en el apartado ferroviario en los grandes mercados europeos como Francia, Alemania o Reino Unido. Aventuras del perfil de la de Talgo, pese a incluir oportunidades interesantes, se antojan algo alejadas de los que vienen siendo los grandes ejes de la hoja de ruta de CAF como la movilidad alternativa, la digitalización y automatización de unidades o el negocio de la señalización, en el que se acaba de dar un gran paso de la mano de Adif en España y se aspira a seguir creciendo en Europa.

El de CAF es un imperio en expansión, un poco el paradigma del tipo de participada que buscaba el Ejecutivo de Iñigo Urkullu a través de Finkatuz, lo más parecido a un 'fondo país' con que cuenta Euskadi para influir en grandes firmas estratégicas. La apuesta, que ha cristalizado también en una importante inversión en ITP Aero, además de otra más modesta en Kaiku, vive un momento de cierto estancamiento a la espera de conocer en qué manos caen las dos carteras que llevan las riendas del fondo, Hacienda e Industria. En la primera, finalizada la era Azpiazu, es seguro que hay nuevo consejero o consejera en este nuevo gobierno de Imanol Pradales, mientras que en la segunda aun no se ha hecho público si continuará Arantxa Tapia.

Trenes de CAF

Futuras operaciones

Con todo, no se espera tampoco un volantazo en lo que ha sido la estrategia en torno a Finkatuz, muy condicionada por la venta de firmas tractoras a capital de fuera de Euskadi en los últimos años. La sociedad englobada en el Instituto Vasco de Finanzas dispone en ese sentido de músculo económico como para acometer un buen puñado de operaciones relevantes, de hecho estas se daban por hechas en los borradores presupuestarios, aunque la sensación es que el gabinete de Urkullu ha optado por esperar a que sea el nuevo equipo de gobierno el que tome decisiones que al final pueden influir más de lo que parece en el devenir de la economía vasca.

De esas tres participadas de momento es la de ITP Aero la que se ha llevado mayor presupuesto toda vez que el Ejecutivo controla hasta un 6% de la compañía, lo que le permite contar con presencia en el consejo. El fabricante de motores aeronáuticos vuela raso tras el parón del sector en la pandemia y ha aprobado ya el reparto a sus accionistas de 600 millones en forma de dividendo extraordinario, confirman fuentes de la compañía, de los que a Lakua le corresponderán 36.

En cuanto a CAF el ritmo de recuperación de la inversión, más de 30 millones en dos fases, va a ser mucho más lenta. El primer bonus al Gobierno vasco el año pasado ya como poseedor del 3% de la compañía quedó por debajo los 900.000 euros, cifra que gracias a la mayor retribución por acción pasa en la junta de ese año a superar el millón. Los dos ingresos más 'golosos' coinciden lógicamente con esos dos repartos en los que Lakua ya contaba con un peso más amplio, un porcentaje por otro lado que desde el departamento de Azpiazu no se descartaba poder ampliar en el futuro. Hay que recordar que el objetivo principal de las inversiones, más allá del rendimiento, es condicionar la política estratégica del grupo para mantener tanto la toma de decisión como la actividad y el empleo en Euskadi.

 

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