La planta de ArcelorMittal en Sestao vive unos días convulsos por el convenio, reflejo en cierta medida de que la plantilla ha recuperado confianza después de muchos años sintiendo que la fábrica era el 'patito feo' del sur de Europa por los altos costes energéticos. Pieza clave en el plan de descarbonización de la multinacional, la ACB vuelve a mirar al futuro con optimismo y sigue cumpliendo los hitos para crecer con esa meta de convertirse en la primera acería del mundo con cero emisiones.
Y ese camino no tiene a día de hoy más obstáculos que los que vaya imponiendo el propio mercado toda vez que la dirección del gigante siderúrgico ha confirmado recientemente los planes anunciados para Sestao hace exactamente tres años. El progresivo crecimiento de producción y plantilla deberá ir acompañado de inversiones, en todo caso asumibles, para poner en marcha las dos líneas de la factoría y alcanzar ese techo de millón y medio de toneladas anuales.
El despegue de la planta vizcaína se anunció tras la pandemia en el marco de un acuerdo con el Gobierno central (Manifestación de Interés) para activar un plan de reducción de emisiones contaminantes con importantes ayudas públicas (ya se han aprobado 450 millones de euros) y gran protagonismo del hidrógeno verde. El corazón de la compañía en España se encuentra en Asturias y, en esencia, el proyecto consistía en renovar parte de las instalaciones en aquella comunidad autónoma y, a la vez, construir una nueva planta de reducción directa de hierro (DRI) para la generación de materia prima con hidrógeno verde como combustible.
En el proyecto inicial, además, contemplaba el envío de esta materia prima (reducidos de hierro) obtenida con hidrógeno a Sestao para reforzar el perfil 'verde' de la fábrica vasca. Pasados tres años, en cambio, la construcción de esa planta DRI en Gijón está prácticamente descartada a corto plazo. Pese a los esfuerzos políticos por amarrar las inversiones comprometidas por la multinacional en Asturias todo apunta a que, al menos de momento, la reforma se va a quedar a medias. Ya está en marcha la construcción de un horno eléctrico, lo que sí supone un paso adelante de cara al futuro del proyecto industrial en ese territorio, pero la tecnología en torno al hidrógeno sigue sin estar madura como para que Arcelor se atreva a redondear el plan.
Otros proveedores
Según la multinacional, aun "no se dan las condiciones" para que Arcelor cuente en España con su propia planta DRI, lo que supone un jarro de agua fría para todo el ecosistema industrial del acero en Asturias. En cuanto a Sestao, afectada a priori de rebote por esa previsible cancelación, no hay sin embargo indicios para pensar que las inversiones pueden estar en peligro.
Y es que, pese a los planes iniciales del grupo, existen alternativas para que la ACB pueda incrementar la producción sin necesidad de que Gijón ponga en marcha esa planta DRI. De hecho la planta ya recibe hierro de reducción directa para la elaboración de bobina de diversos proveedores fuera de España y, en definitiva, sería cuestión de reforzar esos volúmenes de materia prima para poder aumentar ritmos de trabajo. Hay que recordar que Sestao, con horno eléctrico y que ya trabaja con chatarra reciclada, reúne ya las condiciones para la fabricación de acero bajo en emisiones, con una demanda que crece rápidamente en todos los sectores.
También el ecosistema siderúrgico asturiano deberá recurrir a proveedores externos a falta de esa planta propia de reducción de hierro, que deja cojo en cierto modo el ambicioso proyecto de la multinacional en la comunidad, donde es uno de los grandes tractores a nivel económico y de empleo.
Sin convenio
Por otro lado, continúan los paros parciales de los trabajadores de la planta de Sestao para tratar de forzar a la dirección del grupo a cerrar ya una propuesta formal en torno al convenio, pendiente de renovar desde el final de 2021. Aunque las principales condiciones de la plantilla se guían por el acuerdo marco de la multinacional en España, dirección y comité de la planta siguen sin entenderse en ciertos aspectos concretos de la fábrica, como la antigüedad y otras mejoras sociales, lo que impide cerrar el convenio de empresa.
El comité de Sestao reclama a Arcelor que ponga ya sobre la mesa su última propuesta definitiva para poder trasladarla a la plantilla y, en su caso, decidir si es suficiente o no. Los sindicatos denuncian su "hartazgo" y la situación particular en que se encuentran los trabajadores en relación a otras plantas del grupo que sí han actualizado ya sus condiciones laborales. Los paros parciales, de tres horas por turno, comenzaron el pasado 6 de junio y están previstos hasta pasado el ecuador del próximo mes de julio.