La dirección de Tubos Reunidos miraba al segundo semestre de este año, y los proyectos que este iba a traer a Euskadi, con esperanza, para encauzar unos primeros meses del año marcados por la caída de desde finales del año pasado y por el frente laboral abierto en varias de sus plantas del territorio. Al margen de estas previsiones, que la compañía lanzaba el pasado mayo en su junta de accionistas, se abre ahora un nuevo frente para el fabricante de tubos: una huelga de tres semanas en su planta de Nanclares de la Oca. 

El paro lo anunciaba el comité de empresa -TR Premium Threads, formado por dos miembros de ELA, dos de CCOO y uno de UGT- esta semana, para reclamar un convenio propio después de que en 2023 venciese el anterior pacto de empresa. La negativa de la empresa a ceder en este aspecto, impulsaba que los 73 trabajadores que forman la plantilla de esta fábrica -dedicada a la fabricación de uniones y mecanizado de tubos de acero sin soldadura para la extracción de petróleo y gas- estén convocados a un paro entre el 15 de julio y el 2 de agosto. 

Una plantilla relativamente nueva, que entraron a formar parte de la multinacional con la apertura de esta fábrica en marzo de 2019. Esta supuso una inversión de 30 millones y se puso en marcha junto con la filial europea de la compañía japonesa Marubeni-Itochu Steel, destinada a la fabricación, comercialización y suministro de productos OCTG Premium, para la perforación de petróleo y gas a escala global.

Planta de Tubos Reunidos / BOSTNAN

Sus ERTEs activos

Sin embargo, esta huelga no es el único frente laboral que tiene abiertos el fabricante de tubos... El alto volumen de stock que acumulan ciertos clientes preferentes y el bajón de su mercado en Estados Unidos, forzaban ya el año pasado sendos ERTE tanto en el núcleo central de la compañía en Amurrio como en Productos Tubulares, en Trapagaran, dificultando así el poder engordar la cartera de pedidos, de unos 100 millones de euros, cuando en 2022 fue de 300 millones. 

Si bien desde la dirección se insistía a finales del primer semestre del año su urgencia por desactivar dichos mecanismos de regulación, con plena confianza en los nuevos pedidos que entrarían después del verano y con el inicio de la producción de tubo cero emisiones, del que ya hay un primer paquete cerrado de 2.000 toneladas, parece que por el momento esto queda lejos de suceder. 

Y es que muy al pesar de Carlos López de las Heras, director general, que indicaba ya por aquel momento que estaba previsto retirar las medidas de regulación "lo antes posible" -en cuanto se recuperen niveles más normalizados de actividad-; habrá que esperar que la actividad repunte en ambas plantas. Así, por el momento, a estas medidas se le sumará la semana que viene un importante parón de tres semanas en su planta de Nanclares de la Oca, todo esto a la espera de que los pedidos repunten en la compañía. 

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