Presentación de resultados de Lucart

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Empresas

Lucart eleva sus ventas y alcanza los 90 millones de ingresos en Euskadi

La multinacional italiana compró el grupo CEL en 2018 y recuperó la actividad de la papelera de Aranguren y de la planta de Artziniega

1 agosto, 2024 05:00

La multinacional italiana Lucart dio un paso adelante en el mercado europeo al hacerse entre finales de 2017 y comienzos de 2018 con los activos del viejo grupo CEL, entonces con instalaciones productivas en Aranguren, Güeñes y Artziniega. La compañía especializada en la fabricación de productos de higiene como toallitas, pañuelos de papel o jabones aumentó casi un 7% sus ingresos el año pasado hasta 765 millones de euros.

En torno al 12% de esos ingresos corresponden a la actividad ubicada en Euskadi, repartida ahora únicamente en dos ejes ya que el área productiva de Güeñes (que quedó como almacén) pasó tras la adquisición en 2018 a integrarse en Artziniega. Con cerca de 250 trabajadores, las instalaciones de Aranguren y la planta de 'converting' de papel y de jabones de Artziniega estarían ya por encima de los 90 millones de euros de facturación a cierre del pasado ejercicio.

El núcleo principal de la compañía está en Italia, donde factura uno de cada dos euros, y a partir de ahí destacan las plantas francesas y las de Euskadi, que cuentan con un papel relevante en la cuenta de resultados del grupo con sede en Porcari. Además Lucart tiene instalaciones en Reino Unido, Hungría o Eslovenia.

Instalaciones de la empresa de papel Lucart. / LUCART

Instalaciones de la empresa de papel Lucart. / LUCART

Apuesta por Euskadi

Tras el arranque del proyecto en 2018 Lucart ha ido elevando su apuesta por Euskadi de forma progresiva, con un aumento también del empleo y unas inversiones importantes, el compromiso inicial fue de 20 millones de euros, en la apertura de nuevas líneas productivas. El negocio de jabón de Artziniega se vio además favorecido por la pandemia, si bien los altos precios del gas durante la crisis energética ejercieron una gran presión sobre los costes del grupo forzando a paradas puntuales incluso a la aprobación de un ERTE en el verano de 2022.

Pese a todo la sensación que transmite la multinacional transalpina respecto al futuro del proyecto es positiva y los números respaldan por ahora la operación articulada en 2018 cuando el grupo CEL estaba a un palmo de bajar la persiana. El pasado año se alcanzó además un acuerdo con los sindicatos para la renovación del convenio colectivo hasta finales de 2027.