Los ajustes de Mercedes y Stellantis frenan al Puerto de Pasaia
La dársena guipuzcoana acusa el bajón de la automoción, que junto a la caída del granel sólido impide seguir con la progresión de 2023
30 agosto, 2024 05:00Noticias relacionadas
Los grandes puertos necesitan a la industria. Más en el caso de Bilbao y Pasaia, pegados a una economía que ha movido siempre grandes piezas de hierro y acero. Aun hoy en día, a pesar de que la actividad económica de Euskadi ha oscilado hacia sectores como la automoción o la energía, la siderurgia sigue conservando su protagonismo.
El Puerto de Pasaia vive en gran medida de los tráficos que genera el acero con las instalaciones de Arcelor Mittal en Olaberria y Bergara a la cabeza, que avanzan de nuevo a velocidad de crucero tras el bache por los altos precios de la electricidad. La mercancía más relevante para el puerto guipuzcoano mantiene el tono este año fruto de esa continuidad de la principal siderúrgica del territorio tras un 2023 ya de recuperación.
Sin embargo, otras partidas también protagonistas para los tráficos globales 'pinchan' dejando en el aire la posibilidad de que el segundo puerto de Euskadi pueda añadir otra muesca a la remontada iniciada el pasado ejercicio, en el que anotó un incremento de las descargas del 5,5% destacando entre los mejores registros de toda la red de Puertos del Estado. En ciertos momentos del año llegó a parecer en la mano la posibilidad de rondar la cota de los 4 millones de toneladas al término del ejercicio, aunque finalmente el saldo quedó en 3,5 millones.
De momento en 2024 (datos hasta julio) Pasaia pierde algo más de un 3% de las mercancías del pasado curso. Influyen en esa bajada sobre todo el granel sólido (agroalimentario, principalmente) y la que es la segunda mercancía cualitativamente más relevante para la instalación portuaria de Gipuzkoa como es el tráfico rodado, básicamente coches y furgonetas.
Frío en la automoción
Como en el caso del acero, los grandes clientes tienen nombre y apellido. Son dos las grandes factorías que sacan sus vehículos a través de Pasaia, por un lado Mercedes Vitoria y por otro Stellantis Figueruelas, en Zaragoza (Volkswagen Landaben, corazón industrial de Navarra y que por proximidad geográfica tiene vínculos con el tejido empresarial guipuzcoano, opera a través de Santander).
La fábrica alavesa acusa el parón del mercado de automoción europeo, muy centrado en este caso en Alemania, casa de la matriz, con un bajón en la producción superior al que se esperaba el 1 de enero, más allá de que la dirección de la factoría de Avenida de los Huetos ya contaba con un ejercicio algo más corto que 2023 por los trabajos para la ampliación.
Según datos de Eustat, Mercedes Vitoria exportó en el primer semestre del año furgonetas con un peso total de 132.000 toneladas, casi un 30% menos que las 187.000 toneladas de la primera mitad del pasado año. El frenazo de la gran factoría de Euskadi tiene su repercusión en casi todos los indicadores industriales y se deja notar también en la salida de vehículos por Pasaia. Es llamativo el parón del mercado de Estados Unidos, que había crecido con mucha fuerza a finales de 2023 contribuyendo de forma decisiva al récord de producción de la fábrica alavesa.
Recorte de producción en Zaragoza
Por otro lado, Stellantis Zaragoza no escapa tampoco a esa delicada situación que atraviesa la automoción a nivel global y vuelve al trabajo tras el verano con un importante recorte de la producción, pasando de cinco modelos a tres (de las enseñas Opel, Lancia y Peugeot).
El complejo aragonés del grupo con sede en Países Bajos, fruto de la fusión hace unos pocos años entre Fiat y Peugeot, se encuentra como en el caso de Mercedes Vitoria encarando su particular transición hacia los nuevos modelos eléctricos con el apoyo de fondos europeos y tiene en proyecto una gigafactoría de baterías.