Siemens Gamesa abre un nuevo 'parte de bajas' con el inicio de las negociaciones con los sindicatos (CCOO, UGT y ELA) para aprobar otro ERE ante la mala evolución de su negocio de molinos terrestres. El ajuste total en esta ocasión rondará los 4.000 puestos en el grupo, de los que 430 serán en España repartidos en las oficinas de Zamudio, su núcleo central en Euskadi, las de Pamplona y las de Madrid.
El fabricante de aerogeneradores había citado este martes a las principales centrales sindicales del grupo para iniciar los contactos en torno al ERE anunciado antes del verano, que prácticamente se encadena con el último proceso similar anterior, que en todo caso se llevó a cabo sin despidos forzosos.
El planteamiento sindical es volver a dar con alternativas para evitar salidas traumáticas y, en la medida de lo posible, minimizar la reducción total de la plantilla dando con posibles recolocaciones en otras áreas de la compañía que sí gozan de una mejor perspectiva a corto plazo y en las que se vienen realizando contrataciones. Para ello piden formación específica que permita reciclar los conocimientos y capacidades de los trabajadores afectados por el ERE
Se cuenta, por otro lado, con que el negocio onshore, que viene dando pérdidas millonarias además de un deterioro relevante de la imagen y reputación en el mercado, pueda dejar atrás los números rojos a partir del año que viene, probablemente en 2026.
Los sindicatos insisten en que no pueden producirse más ajustes sin un plan industrial de garantías que blinde el empleo a medio plazo.
Plan de salvación
En ese sentido, el camino trazado por Siemens Energy pasa por iniciar ahora, una vez se ha dado con la tecla para el correcto funcionamiento de las turbinas 4X (las más problemáticas han sido las 5X, aun fuera de mercado) y se ha asegurado la viabilidad financiera con avales, cerrar un puñado de pedidos en los próximos meses.
Pedidos para parques del sur de Europa que permitan a la eólica volver a ganarse la confianza de los clientes y recuperar parte de la normalidad perdida a raíz de los fallos que han dado sus últimos aerogeneradores terrestres.
Será una prueba de fuego que permitirá también al equipo del nuevo CEO, Vinod Philip, valorar qué mercados deben ser estratégicos a partir de 2025 en esa senda de recuperación de la producción que podría llevar a 2026 a equiparar los ingresos y los gastos en los balances.
Todavía lo que resta de 2024 será un año complicado que volverá a cerrar con pérdidas millonarias (con toda probabilidad por encima de los 1.500 millones de euros) y con un nuevo plan de ajuste de plantilla que negociar con unos sindicatos cada vez más preocupados por el futuro de la actividad industrial.