Emilia Málaga (CRL): "La huelga es inherente a la relación laboral. Está en la caja de herramientas"
A punto de cumplir un año al frente del Consejo de Relaciones Laborales, Emilia Málaga opina sobre salarios, convenios y conflictos. Lo hace, fiel al estilo de su antecesor, Tomás Arrieta, sin pisar charcos. Su cargo le obliga a ser 'papista' y a dejar aparcada su vieja bandera de UGT
29 septiembre, 2024 05:00Tras "un buen año" para la negociación colectiva, patronales y sindicatos vascos pueden darse un respiro este 2024. Como explica Emilia Málaga (Portugalete, 1971), la duración plurianual de los convenios deja margen para encarar ahora un periodo de cierta paz social en los grandes sectores.
No parece un mal momento para 'debutar' en el CRL. Se respira cierta calma en la negociación colectiva, con un buen nivel de cobertura de los convenios y sin grandes conflictos a la vista.
Es verdad que veníamos de contextos donde la negociación colectiva estaba muy paralizada, sobre todo en los grandes sectores, por eso ha habido unos años con muchos conflictos y muchas jornadas no trabajadas por huelgas. A medida que se ha recuperado la actividad negociadora, y el año pasado hay que decir que objetivamente fue un buen año, algunos conflictos han ido desapareciendo.
¿Baja la conflictividad laboral?
Eso se ha notado en la conflictividad, que descendió ya el año pasado. Este año baja también el número de huelgas, aunque no el número de trabajadores afectados por esas huelgas principalmente por la administración pública, donde el nivel de sindicalización es alto.
Tenemos espacios de negociación que no necesitan renovarse en 2024 y 2025 y eso da estabilidad a las relaciones laborales
Pese al complicado contexto por la inflación, patronal y sindicatos acabaron haciendo los deberes y sacaron adelante sectores como el Metal o los convenios en grandes factorías como Mercedes y Michelin.
Los acuerdos se firman en su mayoría para tres años o más, lo que hace que ese buen punto de partida de 2023 deje una buena situación este año. Aunque el ritmo negociador está siendo más lento, es verdad que todo lo que se ha firmado estos años se mantiene más o menos para 2024 y 2025. Tenemos espacios de negociación que no necesitan renovarse y eso da una estabilidad que es buena.
Más allá del nivel de cobertura, ¿son buenos los contenidos de esos convenios?
La negociación sectorial dejó datos positivos, lo que pasa es que venimos de escenarios con una inflación muy alta. En la última década el poder adquisitivo ha bajado. Pero los salarios se están recuperando, los datos de 2023 lo demuestran y en 2024 se mantiene la tendencia.
¿Cómo explica esa capacidad de acordar cuando en muchas mesas las posturas comenzaban tan alejadas?
Sé que parece contraintuitivo. Hemos tenido escenarios con una inflación muy alta y ahí es cuando los salarios han empezado a subir. Ahí está la apuesta que se ha hecho por parte de los agentes sociales por la recuperación del poder adquisitivo. Y luego está ligado a que nos hemos recuperado muy pronto de los efectos de la pandemia. Las empresas han recuperado la actividad relativamente rápido y eso ha permitido que cuando hacían falta acuerdos porque la inflación apretaba se hayan podido conseguir.
Ahora que el IPC ya no es tan alto es cuando más rendimiento se va a obtener de esos convenios.
Sí. La subida media en lo que va de 2024 está por encima del 4%, algo más de la media que se arrastra del año pasado. Esto está ayudando a recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, algo muy importante para revitalizar la demanda interna ahora que la economía presenta tantas incertidumbres y hay una cierta ralentización del consumo.
Las empresas se recuperaron rápidamente de la pandemia y eso ayudó a conseguir acuerdos cuando apretaba la inflación
En el ecuador del año casi el 60% de trabajadores vascos tenía su convenio renovado. ¿Qué expectativas hay para lo que queda de 2024?
Bueno, hay algún convenio sectorial importante que esperamos se pueda firmar este año. Sigue habiendo negociación pero es verdad que una parte muy importante de esa cobertura viene del punto de partida del año pasado. Luego es que en Euskadi ocurre que los procesos negociadores son muy largos, más de 600 días de media en los sectores.
Ahí es donde en muchas ocasiones juega un papel el conflicto, que tiende a enquistar los procesos.
Respeto la estrategia de cada parte. Todas las partes son conscientes de que el punto de partida es uno y que en el acuerdo el punto de llegada va a ser otro. Qué estrategias se ponen en juego para que ese punto de llegada sea lo más próximo a lo que le interesa pues depende de cada parte. No me atrevo a repartir responsabilidades, pero sí es verdad que los grandes conflictos a nivel de sector están ligados a los procesos de negociación del convenio.
¿Es un problema grave la alta conflictividad en Euskadi como señalan los empresarios?
No es deseable, es evidente. No ayuda por sí misma. Pero quiero pensar que Euskadi tiene otras fortalezas que hacen que sea un territorio atractivo para los empresarios, por ejemplo la cualificación de los trabajadores. Por la parte que me toca creo que la conflictividad es algo inherente a las relaciones laborales. Está dentro de la caja de herramientas y las partes saben que en un momento dado se puede utilizar. La única medicina para que baje la conflictividad es el acuerdo.
Otro problema al que suelen apuntar las patronales es la falta de trabajadores, pero la cola de Lanbide sigue siendo larga.
No sé cuáles son los datos en base a los que se dice que falta talento, la verdad. Tenemos la ventaja de contar con un sistema formativo en Euskadi que se intenta adaptar a las necesidades de cada momento. Es un sistema a la carta que funciona bastante bien. Es verdad que es una queja constante de los empresarios pero ya le digo que no conozco los datos concretos.
El conflicto no es deseable, pero quiero pensar que Euskadi tiene otras fortalezas como la cualificación de los trabajadores
El objetivo prioritario del Gobierno de Pradales parece Osakidetza. La negociación a múltiples bandas ha arrancado con cierta sintonía. ¿Pueden ayudar ese tipo de iniciativas a mejorar el clima sociolaboral en Euskadi?
No me atrevo a ligar una cosa con la otra. Habrá que ver cómo evoluciona esa mesa. Sí tengo claro que sentarse a hablar siempre es positivo. Hablando siempre se avanza algo.
Antes de dirigir el CRL encabezó el CES (Consejo Económico y Social) y gestionó el regreso de LAB a ese órgano. ¿Le ilusiona la vuelta de este sindicato a espacios institucionales?
Es muy positivo sí. Siempre he dicho que quien tiene derecho a estar tiene también derecho a no estar y eso es respetable. Pero personalmente me alegro de que quien tiene derecho a estar decida estar y aportar.