Movilización contra el subfluvial bajo la ría de Bilbao / Subflubiala Ez X

Movilización contra el subfluvial bajo la ría de Bilbao / Subflubiala Ez X

Empresas

El túnel de la ría de Bilbao abre otro frente social y político en pleno debate sobre la movilidad

Cerca de comenzar las obras para unir ambas márgenes por debajo del Nervión, aumenta la oposición al macroproyecto por fomentar el uso del vehículo privado mientras la Diputación de Bizkaia defiende que bajará el consumo de combustible

30 septiembre, 2024 05:00

Noticias relacionadas

Estos días la Diputación de Bizkaia 'buzonea' a los vecinos de los municipios en torno a la ría de Bilbao un folleto explicativo con detalles sobre la afección de las obras y las futuras bondades del faraónico proyecto que pretende unir bajo el agua las dos márgenes del Nervión. El arranque de los trabajos parece ahora sí inminente y, como ocurrió con la Supersur, empieza a fraguarse un rechazo vecinal, alimentado por la oposición política, a un subfluvial llamado a revolucionar la forma de moverse de miles de vizcaínos.

El proyecto lleva años en tramitación en los despachos y por su dimensión se ha convertido en la prioridad de la Diputación, también del gabinete de Elixabete Etxanobe, a nivel de nuevas infraestructuras. Hay que recordar que el actual lehendakari, Imanol Pradales, ha sido antes de su salto a Ajuria Enea el máximo responsable de este ámbito dentro del ente foral, con lo que no hay dudas de que el túnel cuenta con todas las bendiciones de Lakua.

Sus cifras de inversión, estimada en total en unos 600 millones, y su complejidad a todos los niveles (el tiempo de construcción se estima en cuatro años, por lo que si no hay retrasos el túnel estaría abierto a finales de 2028) sitúan el operativo entre una de las grandes obras de impulso público en Euskadi y una de las palancas de cambio a nivel de transporte dentro del territorio.

La propia diputación vizcaína define el subfluvial entre las dos márgenes de la ría como la obra más importante en las últimas décadas. La realidad es que contar con una alternativa que reduzca el tráfico y evite atascos en el entorno del puente de Rontegi (la vía principal ahora para superar la ría en coche) es una demanda de gran parte de los vizcaínos, pero también lo es que los vientos de descarbonización imponen medidas que desincentiven el uso del vehículo privado.

Recreación de la Diputación de Bizkaia del futuro subfluvial

Recreación de la Diputación de Bizkaia del futuro subfluvial

Reducción de emisiones

La infraestructura será multimodal y entre los argumentos 'oficiales' se incluyen objetivos ambiciosos en la reducción del consumo de gasolina, con una promesa de ahorro de emisiones de unas 6.000 toneladas de CO2 anuales.

Pero aun así el subfluvial de Lamiako (la ría de superará entre Leioa, donde está ubicado este barrio, y Sestao, si bien los soterramientos se inician 'más atrás', en Getxo y Portugalete) va camino de abrir otro capítulo de contestación social similar al que provocó la Supersur, la cuestionada macroautopista de casi 1.000 millones de euros pensada también para descongestionar los accesos a Bilbao y su entorno metropolitano. 

En los municipios más afectados por las obras del túnel ya emergen pancartas y movilizaciones de plataformas vecinales contrarias al macroproyecto. También partidos como el PP, EH Bildu o Podemos se han mostrado contrarios al subfluvial, destacando sobre todo el impacto medioambiental y en los vecinos sin reducir el tráfico y la contaminación.

La Diputada General de Bizkaia, Elixabete Etxanobe / Adrián Ruiz de Hierro - EFE

La Diputada General de Bizkaia, Elixabete Etxanobe / Adrián Ruiz de Hierro - EFE

Fomento del tren y futuro del TAV

Todo ello en un momento de redefinición de la movilidad en toda Europa para cumplir los objetivos de reducción de emisiones, sin que el vehículo eléctrico sea aun una alternativa realista. En su primera comparecencia parlamentaria, la consejera Susana García destacaba hace unos días como prioridad el fomento del transporte público, con medidas como la gratuidad hasta los 12 años y un impulso a las inversiones en ferrocarril en los tres territorios.

En ese sentido sobresale por encima de todas el TAV, que enfrenta su propia batalla política y territorial a expensas de definir su trazado final. El proceso eterno para la llegada de la alta velocidad es problemente el paradigma del choque entre dos visiones sobre las megaobras en Euskadi, que se va a reproducir ahora de nuevo en el ámbito de las renovables: frente a la visión 'pragmática' institucional hay un amplio abanico de voces discordantes que ven injustificado su alto coste económico y medioambiental para el beneficio que ofrecen.