El lehendakari Imanol Pradales se ha mostrado dispuesto a "acompañar la operación" en caso de que aparezca un socio industrial de garantías para hacerse con la propiedad de Talgo. Esas garantías pasarían principalmente por mantener la actividad y el empleo de la factoría de Rivabellosa, en Álava, con unos 700 trabajadores.
El histórico fabricante de trenes de alta velocidad iniciaba aparentemente una nueva fase una vez concluido el intento de la húngara Magyar Vagon de hacerse con el 100% vía OPA, y la sensación era de que quedaba en cierto modo aparcada la búsqueda de un comprador alternativo.
De hecho el mensaje de la dirección de puertas para adentro era de malestar por esas urgencias atribuidas por los medios de comunicación en el marco de la OPA de necesidad de ganar volumen y capacidad productiva para hacer frente a la cartera de pedidos.
Las aguas siguen en todo caso sin calmarse del todo, como lo demuestra el hecho de que el propio lehendakari ha venido a reconocer que Talgo necesita un nuevo socio industrial que fortalezca el proyecto.
Apoyo a una entrada de un socio industrial
En una comparecencia en Baiona tras reunirse con el presidente de la Mancomunidad del País Vasco francés, Jean-René Etchegaray, Pradales ha sido cuestionado por la información de Eleconomista que apunta a la posibilidad de que el Gobierno vasco adquiera parte del capital de la firma ferroviaria a través de Finkatuz, que ya cuenta entre sus participadas con CAF.
Pradales no se ha pronunciado sobre esta cuestión, aunque sí ha dicho que el Ejecutivo estaría dispuesto a "acompañar la operación" y a facilitarla en caso de que aparezca un socio industrial dispuesto a hacerse con el control de la compañía.
En cuanto a la intención de los actuales propietarios en vender, en especial el mayoritario Trilantic, Pradales ha reconocido que "parece que es el mal con el que estamos".