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Tras la sucesión de malas noticias en el frente industrial como el bajón de las exportaciones, el análisis gris de la patronal vizcaína FVEM o el anuncio de cierre de Guardian Llodio, el Gobierno vasco dará este miércoles los detalles de la primera operación del fondo de arraigo Finkatuz de la etapa de Imanol Pradales.

Es una inversión de 15 millones de euros en la vizcaína Grupo Arania, que fabrica distintos productos de acero con una alta exposición a la automoción.

Se trata de una compañía en expansión y con vocación de crecer a nivel internacional, de hecho acaba de adquirir instalaciones en Mungia al gigante Thyssenkrupp para reforzar su posición como fabricante de productos de acero.

El grupo está integrado por varias unidades de negocio, todas ellas con base siderúrgica. El corazón del consorcio, la propia Arania, ubicada en Amorebieta, está especializada en fleje laminado en frío, con tres cuartas partes de la producción destinada a la automoción.

Además el grupo controla la alavesa Aratubo, fabricante de tubos con buena parte de su cartera de clientes en el sector automotriz, y AR Racking y AR Shelving, en el sector del almacenamiento de cargas industriales.

Grupo Arania

Acero 'verde'

Todo el grupo gira en definitiva en torno al tratamiento del acero, un sector marcado por las exigencias de descarbonización, lo que fuerza a los proveedores a innovar para lograr materias primas bajas o sin emisiones, y sujeto siempre a los vaivenes de las grandes industrias tractoras.

En el caso de Arania, cliente a su vez de una empresa histórica como la ACB de Sestao, ahora en manos de ArcelorMittal, el principal mercado es la automoción. Un sector marcado en Europa por la incertidumbre regulatoria que está lastrando los números de los grandes actores, con un efecto dominó en toda la cadena.

Los ajustes de producción de los grandes fabricantes, entre ellos la propia Mercedes Benz, ya se han dejado notar en la industria vasca en 2024 y son sin duda la gran amenaza para la economía de cara a este año.

El consejero de Industria Mikel Jauregi en CAF

Un sector diferente

En ese sentido, la inversión de Finkatuz en Arania tiene un perfil algo distinto a las realizadas en el último mandato de Iñigo Urkullu. Dejando de lado Kaiku, una participación que el Ejecutivo arrastraba desde antes de nacer el nuevo fondo para el arraigo, tanto CAF como ITP Aero eran apuestas 'seguras'.

Son dos de las empresas vascas con mejor posicionamiento en sus respectivos sectores, referencias a nivel internacional con una cartera de pedidos creciente y mercados en clara expansión. De hecho la participación en ITP Aero ya ha reportado dividendos millonarios al Gobierno vasco prácticamente de salida, mientras que CAF, aunque a un ritmo más lento por los elevados costes fijos que enfrenta el sector, apunta también a resultar una operación rentable para las arcas públicas a largo plazo.

Motores de ITP Aero

En el caso de esta cuarta participada hay más incógnitas. Ya de por sí el siderúrgico es un negocio con muchas oscilaciones en función de las subidas y caídas de un mercado con fuerte competencia exterior, y las dudas se disparan cuando entra en la ecuación la automoción.

"La capacidad y velocidad de adaptación de las empresas industriales a los ciclos de mercado con sus picos y valles, lo que definimos como flexibilidad, va a ser la clave del éxito", señalaban hace un año desde la firma de Amorebieta a este medio en relación al frenazo de la producción de vehículos en la segunda mitad de 2023.