Proceso contrarreloj de Balenciaga: los acreedores comunican a PKF Attest la deuda acumulada
Deben comunicar a la administradora concursal la deuda que la empresa acumula, un proceso que se antoja crucial para encontrar un inversor que permita mantener tanto el empleo como los proyectos pendientes
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Esta semana es crucial para conocer un poco más el futuro de Astilleros Balenciaga. La histórica empresa guipuzcoana, con 104 años de vida, se encuentra inmerso en un proceso que podría garantizar su supervivencia. Para ello, es necesario encontrar un inversor que permita mantener el empleo de los más de 70 trabajadores de la firma y, cómo no, los proyectos pendientes.
Para ello, es necesario que los acreedores de Balenciaga (entre ellos los trabajadores) comuniquen a PKF Attest, la administradora concursal, la deuda acumulada. A partir de este instante, se iniciará un proceso contrarreloj para intentar salvar la empresa y no entrar de forma definitiva en concurso de acreedores.
Los acreedores de Balenciaga deben comunicar a PKF Attest, la administradora concursal, la deuda acumulada
Cabe recordar que el comité, encabezado por David Tejera, se reunió el pasado mes de diciembre con el Gobierno central, el Gobierno vasco, la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Zumaia en una mesa institucional para intentar buscar una solución a una situación que está llevando a los trabajadores al límite.
Deuda de 37 millones de euros
Los empleados siguen pendientes de sus respectivas mensualidades y la actividad continúa parada. A muchos de ellos se les debe seis nóminas. En una charla con Crónica Vasca, desde el comité aseguraron que "hay trabajo", pero hace falta una "solución" para desatascar esta situación.
Para que Balenciaga salga adelante, un inversor debe pagar parte la deuda y con un plan de viabilidad que admita el juez
Tanto el Gobierno central como el Gobierno vasco apoyan a los afectados, pero aseguran que "necesitamos además de palabras, hechos". Esperan "avances" en un mes de enero que se antoja crucial. Hasta la fecha, los propietarios de Balenciaga han gestionado el día a día de la empresa, pero todo ello bajo la supervisión del administrador concursal PKF Attest, la misma firma que llevó la administración de La Naval de Sestao.
Tal y como comentamos hace unos días, los acreedores de la firma de Zumaia cuentan con una deuda de 37 millones de euros. Para que Balenciaga pueda seguir adelante, debe aparecer un inversor que pague parte la deuda y con un plan de viabilidad que admita el juez.