El impulso de Bruselas a la automoción alienta la reactivación de la industria vasca
La Comisión anuncia un plan de acción ante el bajón generalizado en las ventas de vehículos, que ya está castigando a territorios muy expuestos al sector como Euskadi
Más información: Mercedes Vitoria dará salida a unos 300 eventuales en marzo para pasar a dos turnos por el bajón de producción
Aunque los problemas de la automoción vienen de atrás, en los últimos meses la incertidumbre en el sector ha cristalizado en un problema real. La caída de ventas de los grandes fabricantes europeos deja hitos como el anuncio de cierre de fábricas por parte de Volkswagen en Alemania o, más cerca, el desplome de las previsiones de producción en Mercedes Vitoria.
Este jueves Crónica Vasca avanzaba que se avecinan decisiones difíciles en la principal factoría de Euskadi, que como mínimo deberá prescindir de un buen número de eventuales en marzo para acoplar su dinámica de trabajo a solo dos turnos.
El parón del corazón de la industria automotriz en Euskadi ya se ha dejado sentir en todo el sector en 2024, ejercicio que amenaza con romper definitivamente la buena dinámica de las ventas exteriores de Euskadi tras el 'empate' de 2023. Las menores ventas de Mercedes son el ingrediente fundamental de ese bajón de las exportaciones tras sumarse Estados Unidos a la pobre dinámica de compras a la fábrica alavesa que ya traía Alemania.
También otros actores clave de la industria vasca, como los fabricantes de neumáticos, notan la pulmonía europea, mientras que los grandes de componentes resisten mejor gracias a su presencia global fuera del viejo continente.
Un SOS del sector
Todos ellos, en todo caso, se han sumado de una u otra forma al SOS que viene lanzando la automoción a Bruselas de un tiempo hacia aquí. Quizá uno de los mensajes más elocuentes lo enviaba Antón Pradera, de CIE Automotive, al afirmar que la política energética europea es "un desastre" por apoyarse en multas que penalizan al sector.
Francisco Riberas, de Gestamp, suele recordar también el peor punto de partida de Europa respecto a la automoción china o de Estados Unidos poniendo el foco en los fuertes estímulos públicos en estos países.
En los cuarteles generales de Gestamp y CIE, dos de las multinacionales vascas con mayor implantación exterior, se espera con expectación el mínimo cambio de enfoque de Bruselas en relación a los vehículos de combustión y la cumbre de ayer estaba marcada en rojo.
La Comisión anunció en ese sentido un plan de acción acordado con el sector para comienzos de marzo, que habrá que ver si flexibiliza plazos y penalizaciones para el motor de combustión como pide la industria.
Aranceles y guerra comercial
Todo ello en un contexto en el que se avecinan aranceles para la venta en Estados Unidos por parte de la administración de Donald Trump, que podrían complicar aun más la radiografía. También colea la decisión de imponer recargos a los eléctricos chinos, una respuesta a corto plazo que no convence a los grandes fabricantes por el efecto rebote que tiene a la hora de tejer alianzas con la industria del gigante asiático.
La reactivación de la automoción alemana era el asidero al que se agarraban algunas previsiones para elevar el crecimiento de la economía en 2025 claramente por encima del 2%, pero la realidad al menos a estas alturas del año es que ese enfoque es demasiado optimista.
La previsión oficial del Gobierno vasco es que el PIB crecerá un 2% pero gracias al tirón sobre todo de los servicios, mientras la industria avanzará bastante por debajo, un 1,4%, a la espera del impacto que puede tener en los proveedores la hoja de ruta de mínimos dibujada por Mercedes.