Antoine y Antonio, dos nuevos baserritarras que suplen la falta de relevo generacional

Antoine y Antonio, dos nuevos baserritarras que suplen la falta de relevo generacional CV

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Antoine y Antonio, dos nuevos baserritarras que suplen la falta de relevo generacional

A través de la cooperativa LORRA, estos nuevos profesionales serán tutelados para la puesta en marcha de los proyectos y acompañados durante sus cinco primeros años de vida

Lorra y Laboral Kutxa premian a nueve explotaciones agrarias de Bizkaia

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El sector primario vasco tiene un gran reto por delante: afrontar el relevo generacional en un ámbito cada vez menos atractivo para los jóvenes.

Son muchas las estrategias que tanto instituciones como los propios agricultores y ganaderos han implementado para potenciar el atractivo de este sector y poder dar relevo en el campo vasco. La última: una estrategia incentivada por Gobierno vasco y diputaciones que contará con una inversión superior a los 25 millones de euros y que tiene como objetivo la incorporación de más de 1.200 jóvenes vascos. 

El campo de Euskadi necesita manos para poder afrontar las próximas décadas, por eso además de incentivar este relevo generacional hay otras herramientas que pretenden dotar de nuevos profesionales al territorio vasco.

Es el caso del programa de emprendimiento joven Gaztenek, coordinado por la Fundación HAZI junto con la Diputación Foral de Bizkaia. A través de la cooperativa LORRA, estos nuevos profesionales serán tutelados para la puesta en marcha de los proyectos y acompañados durante sus cinco primeros años de vida. En concreto, los nuevos proyectos de este programa están dirigidos por dos mujeres y seis hombres que quieren llevar adelante sus ideas de negocio; la mitad para incorporarse a explotaciones ya existentes de sus padres o sus parejas y la otra mitad sin ninguna relación anterior con el primer sector. 

Este segundo caso es el ejemplo de los proyectos que Antonio Lovelli y Antoine Latour están poniendo en marcha este año en Lemoiz y Gatika, respectivamente. 

Imagen en vista 3D del proyecto de Antonio Lovelli

Imagen en vista 3D del proyecto de Antonio Lovelli Cedida

De arquitecto en Italia a agricultor en Bizkaia

Lovelli es originario del norte de Italia, de Vicenza. Aunque estudió la carrera en Venecia, recaló en España cuando vino a hacer el Erasmus, donde conoció a su pareja, Libe -de formación psicóloga, ahora naturopata y micoterapeuta-, y “por lo que se quedó a vivir aquí hace 18 años”. 

Explica que siempre ha tenido aprecio a la agricultura, originado en “una hacienda agrícola que tenían mis abuelos y que he visitado desde pequeño”, y matiza que, pese a que sus estudios no estaban relacionados sí que identifica similitudes entre los dos mundos: “arquitectura y paisajes están muy unidos”.  

Aunque durante sus primeros años en el país vivieron en Madrid, la necesidad de un entorno menos urbano, menos masificado y cerca del mar, los acercó a Euskadi. Aquí están desarrollando una explotación micológica, Zurbeltz, que se ubicará en Lemoiz, un paraje “ideal para una producción ecológica”. 

Imagen en vista 3D del proyecto de Antonio Lovelli

Imagen en vista 3D del proyecto de Antonio Lovelli Cedida

De cultivo interior y exterior, en ella se cultivarán hongos funcionales, “con propiedades culinarias y medicinales”, destinados principalmente a la venta a laboratorios para producir suplementos alimenticios. Un producto de fácil plantación y con grandes beneficios ecológicos, explica, ya que “crecen mucho más rápido que las plantas, necesitan menos agua y tienen gran capacidad para ‘secuestrar’ el CO2”. 

Aunque en estos momentos Lovelli está en la fase de obtención de licencias, asegura que dadas las características de estos hongos -crecen en un mes-, y las de la propia explotación, que será modulable -para poder adaptar la producción a la demanda-, prevén que el proceso de desarrollo vaya rápido y para verano, “se puedan probar los productos”. 

Imagen de Antoine durante la instalación de un invernadero

Imagen de Antoine durante la instalación de un invernadero Cedida

De estudiar veterinaria a tener un terreno de 6.000 metros cuadrados

Por su parte, el francés Antoine Latour estudió veterinaria en Lugo, carrera que terminó en febrero de 2024. “Me di cuenta de que no me quería dedicar a eso y vi la oportunidad de, juntos con dos amigos de Bayona, montar una huerta para producir productos para el restaurante que ellos van a montar”, detalla. 

El terreno, ubicado en Gatika, con 6.000 metros cuadrados y tres invernaderos, forma parte del fondo agrario, comenta, “tierras que pone la Diputación de Bizkaia en alquiler para impulsar a los jóvenes que se implanten en el sector”. En él, Latour plantará a partir del mes de abril, y con el objetivo de tener los productos en verano, variedades locales y rústicas de tomates, calabacín, pepinos o berenjenas, además de plantas aromáticas. 

Imagen de Antoine durante la instalación de un invernadero

Imagen de Antoine durante la instalación de un invernadero Cedida

Toda una oferta que pretende utilizar para el restaurante de sus amigos -con los que se ha asociado y que quieren abrir en 2026-, Txanda, pero también ofertar a otros restaurantes, mercados e incluso particulares. 

El francés indica que “siempre le ha gustado el campo y la veterinaria le dió ese enfoque científico, ensayo-error”, gusto que se intensificó con su llegada al país y con las facilidades que se encontró en Euskadi, donde “se da importancia a los productos locales y ecológicos, y donde hay muchísima información y facilidades para emprender un proyecto”.