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El curso arranca en Tubacex sin avances claros en lo que a la negociación del convenio se refiere y con el acuerdo actual a solo cuatro meses de expirar. 

Sindicatos y dirección del fabricante de tubos iniciaban la negociación el pasado mes de febrero con los objetivos claros y muy dispares entre ambas posturas: la de la parte social, recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos años por la congelación del salario; la de la compañía, que esta negociación, y su posterior acuerdo, no repercutan directamente en los beneficios. 

Y es que la negociación de este convenio está marcada por dos factores claves. El primero, que afecta directamente a la parte social: llevan con los sueldos congelados desde 2021, cuando con el objetivo de evitar un ERTE y tras 230 días de huelga y la intervención de Gobierno vasco, la mayoría sindical firmó el nuevo convenio, con vigencia hasta diciembre de 2025, que recogía esta premisa. 

El segundo, el contexto de crisis industrial que azota Europa, engrandecido, todavía más, por la reciente entrada en juego de la política proteccionista de Trump. Ya que, aunque la compañía alavesa no sufre directamente de estos aranceles -gracias a las siete plantas productivas que tiene en Estados Unidos-, sí que ha asegurado estar notando las consecuencias de que el sector lo esté haciendo. 

Imagen de archivo de Tubacex. Europa Press

Pequeños avances en la negociación

Así, los meses pasan con la fecha del 31 de diciembre en el calendario y sin muchos avances en la negociación. Según fuentes sindicales, en los últimos encuentros la dirección de la compañía se habría abierto a recompensar el pasado y a abordar la palabra IPC para el futuro, pero, matizan, condicionadas a otras variables "que no tienen cabida en estos conceptos". 

La oferta de la empresa pasaría por un convenio de cinco años de vigencia en el que se podría recuperar el pasado pero ligado a la flexibilidad, detallan desde la parte social. Además, la subida al IPC estaría vinculada con el coste del contrato relevo, que lo cuantifican en 1,4% anual, o la paga sujeta al indicador ESG. Algo que desde el comité rechazan contundentemente y piden la fijeza del contrato relevo "sí o sí. Sin condición ninguna y sin vincular a coste o IPC".

Además, mientras una de las condiciones inamovibles de los sindicatos es reducir jornada laboral, la empresa estaría interesada en aumentar la jornada paulatinamente hasta las 1.696 horas. 

Pasos que desde ELA, sindicato mayoritario, catalogan como "un posicionamiento indefinido, nada concreto y que requiere entrar más al detalle para poder avanzar en la negociación. Tenemos claro que es un convenio de agradecimiento al esfuerzo realizado estos años que ha hecho posible los buenos resultados de la empresa". 

Imagen de productos Tubacex, con sede en Llodio Europa Press

La "resiliencia" de Tubacex

Hace apenas un mes, el fabricante de tubos presentaba sus resultados semestrales; unos datos que, según aseguraron, mostraban la resiliencia de un grupo que "sigue confiando en su posicionamiento estratégico, basado en su liderazgo en nichos de negocio, y su carácter innovador".

Y es que a pesar de que Tubacex cerró el primer semestre de 2025 con unas ventas de 361,4 millones de euros -una caída del 9,2% frente al mismo semestre del año anterior, 2024-, presentó un beneficio neto de 15,6 millones -un 140,9% más que los seis primeros meses de 2024-.

Además, la cartera de pedidos se mantiene en torno a los 1.400 millones de euros, con una elevada concentración en soluciones complejas y de alto valor añadido para sectores críticos como E&P Gas -con un peso del 31% sobre los ingresos totales del Grupo- o Industrial -con un peso del 29%-.

Así, Tubacex empieza el curso con dos tareas pendientes: llegar a un acuerdo entre ambas partes y encarar un contexto de incertidumbre que mantiene en vilo a toda la industria europea.