Decenas de personas durante la cadena humana y manifestación contra el cierre de la empres

Decenas de personas durante la cadena humana y manifestación contra el cierre de la empres Europa Press

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Sin rastro de inversores para Guardian seis meses después de su cierre

El pasado siete de abril, la dirección de la multinacional estadounidense empezaba a ejecutar los despidos de los 131 trabajadores

Guardian Llodio consuma su cierre y empieza a despedir a los 171 trabajadores

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El pasado 7 de abril, tras meses de negociaciones y protestas, la dirección de Guardian Glass consumaba el cierre de su planta de Llodio y empezaba a ejecutar los despidos de los 171 trabajadores que conformaban la plantilla.

Empleados que vieron como en apenas dos meses y bajo la justificación de un horno averiado imposible de arreglar, la dirección de la multinacional estadounidense, al igual que hizo meses antes con su vecina Glavista, decidía bajar la persiana a través de un ERE. Y lo hacía con una propuesta -aceptada por 97 de los 131 trabajadores- que pasaba por una indemnización de 45 días por año trabajado, con 33 mensualidades como máximo.

Así la mayoría sindical aceptaba esta oferta de la firma norteamericana; bajo la premisa, tal y como recalcaba el Gobierno vasco, de que se encontrarían a corto plazo inversores para dar continuidad a la actividad industrial en la fábrica.

A pesar de las insistencias del Gobierno vasco en que existían inversores interesados -se llegó incluso a hablar de un consorcio de pequeños inversores-, seis meses después esto no ha llegado, complicando así las cosas para una comarca especialmente tocada por la crisis industrial.

El ERE y cierre de esta planta se sumaba en su momento, a una serie de cierres acometidos en los últimos años, como Glavista, Vicalde o Lipmesa, cuya clausura supuso en su día un importante varapalo para sus vecinos.

ERE en Maderas de Llodio

Por el momento, y más allá de la puesta en marcha en Murga, localidad de la comarca, de la planta de fabricación de ecoasfalto de SteelPhalt, empresa perteneciente a la multinacional estadounidense Harsco Environmental, pocos movimientos positivos se han dado en esta ubicación. Pero sí que a estos cierres se le ha sumado recientemente el ERE en Maderas de Llodio, que inicialmente estaba previsto para 171 trabajadores y finalmente se redujo a 39, un 25% del total.

Una medida, adoptada por la compañía, que forma parte de la multinacional Garnica, fue tomada, tal y como anunció la firma en su momento, por "causas productivas y organizativas"; sin embargo, la plantilla niega que exista la necesidad y así lo ha rechazado a través de una huelga indefinida desde el pasado 22 de septiembre. 

Aseguran, desde el comité, que si el ERE se lleva adelante, se llevarán el 40% de la producción fuera de Llodio, por lo que el futuro de Maderas "estará en serio peligro" y el futuro industrial de la comarca "será todavía más oscuro"; además, culpan al Gobierno vasco y a la Diputación de Álava de mirar "hacia otro lado" y de utilizar discursos "que criminalizan" a los trabajadores.

Por su parte, desde la propia Diputación aseguraban la semana pasada que, tras haber manetnido conversaciones con la dirección, la conclusión que esta les da es que el ERE "busca reorientar la producción para garantizar la viabilidad de la planta"; además, insistían en que harán "todo lo que esté en su mano para garantizar el futuro de la empresa en Llodio".

Reproches cruzados e insistencia en que se busque una solución por todas las partes para evitar que el ERE afecte de esta manera a la planta y, nuevamente a una comarca ya tocada por la sucesión de EREs.