Arrancan las obras de la planta de abono con lombrices de Miñano con capacidad de 1.800 toneladas

El mexicano Fernando Gutiérrez, CEO de Bio Vermicompost, lleva años viviendo en Euskadi, por eso no es de extrañar que eligiese el Parque Tecnológico de Miñano, como ubicación para desarrollar su nuevo proyecto.

Una iniciativa innovadora y no tan usual en la comunidad: el tratamiento de residuos a partir de lombrices que se llevará a cabo en una planta que contará con una capacidad de hasta 1.800 toneladas al año y cuyas obras empiezan ahora. 

Su tramitación no ha sido fácil, ya que estas estaban programadas para principios de año, pero finalmente arranca, siendo así uno de los proyectos elegidos para ser desarrollado en la sede de la red de parques tecnológicos cuya ocupación sigue superando el 90% -problemática para la que el Gobierno vasco ya ha desplegado diferentes herramientas incluidas en el proyecto de Presupuestos 2026-.

Así, y si todo va según lo previsto, la producción en la nueva planta alavesa arrancará en el segundo semestre del año y, dadas sus características -completamente mecanizada- contará con media decena de empleados, que estarán principalmente enfocados en el trabajo de laboratorio. 

El humus de lombriz es un fertilizante que se puede utilizar en la recuperación de todo tipo de suelos Unsplash

Compostaje con lombrices

Se trata de una técnica milenaria que utiliza lombrices para descomponer la materia orgánica y convertirla en abono, también llamado vermicompost o humus de lombriz. Un proceso que se puede realizar a pequeña escala o, como es este caso, a escala comercial. 

El producto final, el humus de lombriz, es un fertilizante o enmienda que se puede utilizar en la recuperación de todo tipo de suelos y contribuye a incrementar su salud y productividad, algo especialmente útil en la comunidad. 

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Los residuos tendrán como origen la cooperativa de patata Paturpat, ubicada en Júndiz, "recibimos los residuos, los transformamos con las lombrices en humus, lo analizamos en el laboratorio y, posteriormente, es apto para recuperar suelo. Nuestro objetivo inicial van a ser los propios agricultores ecológicos vascos, pero este es un problema a gran escala", indica a este medio Fernando Gutiérrez. 

En concreto, esta planta contará con una zona de compostaje tradicional de en torno a 400 m², una playa de mezclado de 462 m², siete naves de vermicompostaje que ocuparan más de 1.400 m² y, lo que será "la estrella del nuevo proyecto", el laboratorio, de poco menos de 100 m². 

Pionero e innovador porque se trata de uno de los pocos laboratorios certificados por Soil Food Web en el país, una organización que se encuentra a la vanguardia en el conocimiento de la microbiología para la mejora de suelos, cuya tecnología permite valorar y cuantificar de forma objetiva la calidad del humus producido y de su efecto en los suelos donde se aplica.

Así, el trabajo combinado de análisis en laboratorio y software, de las características y estado del suelo de los agricultores, permite diseñar un humus particular que cubra las necesidades de cada suelo que se va a regenerar.