Instalaciones de Vicinay en Sestao

Instalaciones de Vicinay en Sestao

Empresas

La entrada de Dámaso Quintana en Vicinay desbloqueará un pedido con trabajo para varios meses

La histórica compañía de cadenas marinas tiene carga de trabajo pero necesita un espaldarazo financiero de la mano del nuevo inversor

Vicinay plantea un ERTE para 2024 al no consolidar la mejora de pedidos

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El empresario Dámaso Quintana está cerca de firmar la compra de Vicinay Marine, fabricante de cadenas de gran tamaño para uso marino con sede en Sestao.

El alma mater de Haizea Wind, uno de los proyectos empresariales revelación en Euskadi, se postula como salvador de una compañía histórica de Bizkaia en horas bajas por problemas económicos, incluso recibió un rescate de más de 30 millones desde la Sepi después de la pandemia.

En un primer momento la inyección sirvió para recuperar actividad de la mano de un repunte del sector offshore, sobre todo plataformas eólicas, pero los problemas financieros han acabado sepultando a la compañía, que entró después del verano en preconcurso de acreedores.

La entrada por 60 millones de euros de Quintana, miembro de la familia Aristrain y que cuenta con participaciones en otras grandes empresas como Arteche o la cordobesa Cunext, daría oxígeno a Vicinay para encarar los compromisos con la banca y retomar la actividad.

Dámaso Quintana, a la derecha, junto a Ignacio Sánchez Galán

Dámaso Quintana, a la derecha, junto a Ignacio Sánchez Galán

Estudiar un nuevo ERTE

En ese sentido, Vicinay ha perdido pulso a partir de finales de 2023, cuando empezó a encadenar ERTEs que se han extendido dos años.

De hecho, la semana que viene se volverá a valorar la posibilidad de acometer otra prórroga a pesar del inminente rescate de Quintana y que este permitirá desbloquear los pedidos pendientes.

En ese sentido, la compañía ya disponía de varios encargos que estaban en stand by a la espera de financiación, uno de ellos de varios miles de toneladas que asegura la actividad unos tres meses.

La plantilla confía en que la entrada del impulsor de Haizea Wind permita además poner al día las nóminas, pendientes desde hace varios meses, y retomar progresivamente la actividad.