Los caldos o las sopas son uno de los alimentos favoritos de los españoles en invierno. Un plato capaz no solo de darnos calor, sino de hidratarnos y de aportar los nutrientes necesarios para nuestro organismo gracias a sus vitaminas y minerales. Además, su fácil digestión los vuelve perfectos para consumir cuando buscamos comidas ligeras y nutritivas.
Se trata de unos alimentos muy sencillos y fáciles de preparar, muy consumidos en España. Motivo por el que muchas veces sobran y se usan para preparar otras recetas o para tomarlos al día siguiente. Aunque hay quienes prefieren congelarlos para utilizarlos en otra ocasión. El problema es que estos pueden perder el sabor, por ello el cocinero vasco Karlos Arguiñano ofrece el mejor truco para conservar su esencia.
El truco de Arguiñano
La llegada del invierno supone la necesidad de preparar platos calientes, como los caldos. Preparaciones perfectas de aprovechamiento, ya que los caldos de carne, verduras o pescado sirven para todo: para elaborar unas deliciosas sopas, pucheros, salsas increíbles o unos guisos impresionantes.
Asimismo permiten utilizar diversas partes de los alimentos que podrían desperdiciarse. Para elaborar un buen caldo pueden aprovecharse desde huesos y restos de carne hasta pieles de pollo, vegetales y hierbas. Una gran forma de maximizar el uso de ingredientes convirtiendo los desechos en un plato nutritivo y sabroso.
Pero, como ocurre con el resto de las comidas, los caldos suelen sobrar y algunos prefieren congelarlos para preparar otras recetas más adelante. Por este mismo motivo, Arguiñano ofrece el truco infalible para que estos no pierdan su sabor una vez congelados.
El chef ha compartido un consejo en su libro Sabores de siempre: Las recetas que no pasan de moda, ya que este error tan frecuente que cometemos al congelar los caldos debemos evitarlo. Así, Arguiñano explica que si vamos a congelar un caldo para usarlo en sopas, guisos, salsas o arroces es mejor no añadir sal, pues "el sabor se intensifica con la congelación".
En este caso, es mejor que el caldo quede soso en vez de salado, pues si no corremos el riesgo de que queden más saladas de lo normal. Más aún cuando ya se ha añadido sal en la cocción anteriormente. Por lo que el vasco recomienda hacer uso de la sal solo cuando se descongele. De esta manera nos aseguraremos de mantener el sabor perfecto y que este pueda seguir utilizándose en la preparación de otras recetas como las mencionadas anteriormente.