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La hinchazón y la distensión abdominal son molestias comunes que afectan a personas de todas las edades. Ambas pueden manifestarse como una sensación de incomodidad, presión o incluso un aumento visible en el tamaño del abdomen. Sentir el abdomen hinchado o notar cómo el tamaño de la cintura varía a lo largo del día es una situación incómoda que afecta a muchas personas. Este problema, aunque frecuente, puede generar inquietud, especialmente cuando no se comprende qué lo causa ni cómo aliviarlo.

Aunque suelen emplearse indistintamente en el lenguaje cotidiano, estos términos tienen diferencias clave: mientras que la hinchazón se refiere a una percepción subjetiva de tensión abdominal, la distensión implica un aumento físico y medible en el perímetro del abdomen. Comprender las causas, síntomas y posibles soluciones para estas afecciones es esencial para manejarlas adecuadamente y mejorar la calidad de vida de quienes las padecen.

Hinchazón y distensión: ¿en qué se diferencian?

Para empezar, es importante saber diferenciar entre hinchazón y distensión abdominal, conocer sus posibles orígenes y qué medidas se deben tomar para aliviar los síntomas.

“La hinchazón abdominal es una sensación subjetiva que el paciente describe como tensión o pesadez en el abdomen. En cambio, la distensión abdominal es un aumento real y medible del perímetro del abdomen. Aunque estas dos condiciones pueden aparecer por separado, no es raro que se presenten juntas”, aclara Julyssa Cobián, médico especialista en Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa.

¿Cuáles son las causas?

La mayoría de los casos de distensión abdominal tienen causas funcionales, es decir, no están relacionadas con enfermedades graves. Estas causas se dividen en tres grandes grupos. En primer lugar, el aumento de gases en el abdomen, que, aunque no es común, puede deberse a problemas como la pseudo obstrucción abdominal crónica, lo que genera una mayor producción de gases.

En segundo lugar, el estreñimiento por sinergia pélvica, una condición en la que la persona no realiza correctamente la maniobra de defecar, lo que dificulta la eliminación de gases y provoca distensión, según explica Cobián. Finalmente, está la hipersensibilidad abdominal, en la que algunas personas sienten hinchazón incluso después de consumir cantidades normales de comida o bebida. En estos casos, el problema no radica en la cantidad de alimento ingerido, sino en cómo el cuerpo percibe ese contenido, añade el especialista.

Otro factor que puede influir es la alteración en la acomodación abdominal. Según la experta de Policlínica Guipuzkoa, “el diafragma y los músculos abdominales deberían trabajar para evitar que el abdomen se expanda en exceso, pero si este mecanismo falla, puede producirse distensión sin cambios en el contenido del abdomen”.

Aunque estas causas funcionales son las más frecuentes, Cobián advierte que también hay que considerar posibles causas orgánicas, como tumores o acumulación de líquido (ascitis). "Estas distensiones suelen ser más persistentes y continuas a lo largo del día, a diferencia de las funcionales, que tienden a aumentar progresivamente", afirma.

Cómo prevenir y aliviar la hinchazón

Cobián sugiere que ciertos hábitos pueden ser muy efectivos para prevenir o reducir la hinchazón y la distensión abdominal. Realizar ejercicio regularmente, al menos tres o cuatro veces por semana, es una recomendación clave. También destaca los beneficios de las respiraciones diafragmáticas, especialmente en personas con problemas en la acomodación abdominal.

Además, la especialista aconseja comer despacio y mantener horarios regulares en las comidas para evitar ingerir aire en exceso. "Comer porciones más pequeñas y variadas puede ayudar a mejorar los síntomas", afirma.

Alimentación: ¿es siempre la culpable?

Aunque ciertos alimentos, como las legumbres, pueden causar distensión debido a la fermentación bacteriana, este efecto suele ser temporal. Según Cobián, muchas personas no logran identificar un alimento específico como causante de su hinchazón, ya que el problema no siempre radica en lo que se consume, sino en cómo el cuerpo gestiona ese contenido.

La persistencia de los síntomas es un factor importante. "Si la distensión abdominal es constante y afecta la calidad de vida, es crucial acudir a un especialista", recomienda Cobián. En cambio, en casos esporádicos, la evaluación médica no suele ser necesaria.

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