“Ahora, desde luego, tengo miedo a veces”
Este 21 de noviembre se cumplen 20 años sin Ernest Lluch, el historiador y exministro que fue asesinado por ETA en el garaje de su casa
21 noviembre, 2020 05:00Han pasado ya dos décadas desde que ETA asesinó al historiador Ernest Lluch. El 21 de noviembre del año 2000, a eso de las nueve y media de la noche, Lluch aparcó su Seat Córdoba en el garaje de su casa. Volvía de la Universitat de Barcelona. Por aquel entonces estaba al frente de un curso de doctorado. Tomó unos documentos del asiento del copiloto, su abrigo del asiento de atrás y bajó del coche. Fue en ese momento cuando una sombra surgió de detrás de otro coche y se oyeron los disparos. Dos tiros que fueron directos a la cabeza y que acabaron con la vida del historiador.
Iñaki Krutxaga, miembro del comando Barcelona, le había estado esperando en el garaje para acabar con su vida. Instantes después de asesinar a Ernest por la espalda, huyó hacia la calle por la rampa del aparcamiento donde le esperaba un segundo miembro de la banda, Lierni Armendariz, en un Ford Fiesta blanco. Pocos minutos después, en L’Hospitalet, a unos centenares de metros de la casa de Lluch, los terroristas hicieron explotar el vehículo.
Fueron varias las horas que pasaron hasta que el mundo se enteró de que ETA se había cobrado otra víctima más.Fue pasada la medianoche cuando un vecino encontró el cuerpo desangrado de Lluch en el parking, escondido entre unos coches.
“Lo tienen muy fácil, porque mi vida es como la de un oficinista”, decía. Su vida en aquella época era del garaje de su casa, al despacho de la universidad, lo que convertía el seguirle la pista en un tarea bastante poco compleja. Lluch era consciente de que se había convertido en un incordio para la banda terrorista y estaba intranquilo. Él mismo llegó a comentar un par de meses antes de su muerte: “tengo las rodillas despellejadas de mirar tanto debajo del coche”.
El padre de la Sanidad pública
Son muchos los que definen a Ernest Lluch, entre otras cosas, como el “padre de la sanidad pública”. Fue en el año 1982, cuando Felipe González le nombró ministro de Sanidad y Consumo en el primer gobierno socialista, puesto en el que estuvo hasta 1986.
Durante esa legislatura, y sin tener ninguna formación sanitaria puesto que había estudiado Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales, sacó adelante una de las leyes fundamentales del Sistema Nacional de Salud. Esta Ley General de Sanidad sentó las bases de la sanidad pública y aseguró la cobertura sanitaria de todos los residentes en España, ya fueran españoles o extranjeros.
En mayo de 1986, tomó la decisión de retirarse del plano político y regresar a la vida universitaria como catedrático de Historia de Doctrinas Económicas de la Universidad Central de Barcelona. Tres años después, y hasta 1995, fue el Rector de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo.
"A usted, ¿ETA le ha amenazado?"
En el año 2001, el periodista Marcal Sintes publicó un libro entrevista en el que le preguntaba a Lluch: “A usted, ¿ETA le ha amenazado?. Su respuesta fue contundente: “Me han estado siguiendo, me han hecho este tipo de cosas. No quiero entrar en detalle porque es una cuestión que los que por ahora hemos salido bien librados del asunto no debemos aprovechar para hacernos los mártires. Y ahora, desde luego, tengo miedo a veces”.
Los motivos que llevaron a su asesinato levantaron muchas especulaciones. Su buena relación con el PNV, sus vínculos con Elkarri o su carácter y talento para dialogar pudieron convertirlo en un personaje incomodo para la banda ya que era capaz de tender puentes y demostrar que el camino del plomo, como se vio años más tarde, no conducía a nada. No obstante, 10 años después de su muerte, en una carta enviada desde prisión por dos miembros de ETA, explicaban que “hicieron la acción porque localizaron a un exministro y tenían posibilidades”.
El asesinato de Ernest Lluch causó una enorme conmoción en la sociedad catalana ya que era una persona muy querida en la ciudad. Fue un ministro, historiador, profesor e intelectual que siempre abogó por el dialogo.
Su muerte se enmarca en una época en la que ETA optó, aún más, por la estrategia de socialización del dolor. De enero a octubre de ese año, 2000, la banda cometió 16 atentados y dejó 20 víctimas mortales: tres miembros del ejército, dos políticos del PSOE, un ertzaina, un periodista, tres miembros del Partido Popular, un empresario, dos guardias civiles, un fiscal, un funcionario de instituciones penitenciarias, un conductor de la EMT, un magistrado, su chofer y su escolta adscrito al Cuerpo Nacional de Policial.