Ocio

Un día en el Museo Guggenheim de Bilbao de la mano de Lee Krasner y Vasily Kandinsky

Muestras con algunas de las mejores obras de dos de los referentes del panorama artístico contemporáneo

7 diciembre, 2020 19:40

Una buena opción para pasar una agradable jornada, y no solo en tiempos de pandemia, es visitar una exposición. Los museos son espacios donde reina la tranquilidad y poco dados a la masificación por lo que resulta un plan de lo más acertado para disfrutar de una tarde de lo más artística sin prisas.

El Museo Guggenheim de Bilbao reúne estos días las mejores piezas de dos figuras clave de la pintura contemporánea: Lee Krasner y Vasily Kandinsky. Una oportunidad única para tenerlos cerca y disfrutarlos con los cinco sentidos. 

Un reconocimiento merecido

Para aquellos que lo desconozcan, Leer Krasner era la viuda de Jackson Pollock. Sin embargo, la proyección y fama del que fuera su marido eclipsó en cierta manera la obra de una mujer que es considerada como un referente del Expresionismo Abstracto. Un reconocimiento merecido que tardó en llegarle como artista individual. Ahora, su trayectoria profesional puede contemplarse hasta el próximo 10 de enero en la exposición Color vivo de la pinacoteca vasca. 

Una muestra que, según los responsables de la misma, se convierte en la primera gran retrospectiva de su obra en Europa desde el año 1965. La oportunidad perfecta para conocer una de las señas de identidad de Krasner en sus trabajos: no seguir un mismo patrón estilístico y sí convertir un cuadro en algo vivo; especialmente gracias al uso de las tonalidades.

La artista y su evolución

A lo largo del recorrido por las diferentes salas que conforman esta exposición se van mostrando los dispares ciclos creativos en los que fue trabajando Lee Krasner en una amplia carrera profesional de más de cinco décadas. Etapas que no tienen nada que ver unas con otras y que en muchas ocasiones responden a vivencias de la propia autora o reflejos de sus propios sus estados emocionales. Es el caso de las obras que llevó a cabo durante el tiempo que duró su relación con Pollock, así como las realizadas tras la muerte de este en 1956.

Sin embargo, para la propia Lee Kranser, esa especie de ostracismo que vivió detrás de su marido no le resultaba incómoda o perjudicial; todo lo contrario. Según sus propias palabras, el hecho de que no le prestaran demasiada atención como artista era como una bendición a la hora de no estar sometida a los rígidos dictados del mundo artístico con una clara referencia a críticos y coleccionistas de arte. Era libre, entonces, para expresar sobre un lienzo toda su creatividad y dar vida a unas obras que nacían sin ataduras y que ahora pueden verse en Bilbao.

Obra de Lee Krasner/ MUSEO GUGGENHEIM BILBAO

Obra de Lee Krasner/ MUSEO GUGGENHEIM BILBAO

Un artista innovador

Su compañero de dependencias estas semanas (en este caso hasta el próximo 23 de mayo) es otro de los pesos pesados del arte, el ruso Vasily Kandinsky. Un autor de sobra reconocido, a diferencia de Lee Krasner, y considerado como el pionero de la Abstracción; además de todo un teórico de la estética a la hora de trabajar. 

Suyas son piezas donde traslada al cuadro una temática basada en la necesidad interior del artista en forma de todo tipo de trazos y usos del color, así como de las formas geométricas que fueron el leitmotiv de las obras que nacieron tras el regreso a su Moscú natal. Después de vivir varios años en Alemania tuvo que huir como consecuencia del estallido de la Primera Guerra Mundial en el año 1914.

Sus últimos años en París

Su vuelta al país germano coincidió con su ingreso como profesor en la escuela de arte y diseño de la Bauhaus. Labor que tuvo que dejar cuando esta fue cerrada por mandato nazi. Era la segunda vez que abandonaba el país, pero en este caso se trasladó a las afueras de París donde siguió trabajando hasta su muerte en el año 1944. Precisamente, de esta época son las obras de Kandinksky que beben de la influencia del Surrealismo y de las ciencias naturales.

Trabajos que estos días cuelgan de las paredes de un museo que no resulta ajeno a la trayectoria del artista ruso. Su historia profesional está vinculada desde sus inicios a la creación de la Solomon R. Guggenheim Foundation y sobre todo a la de su precursor, gran coleccionista de la obra de Kandinsky. Colección que forma parte del importante fondo que posee la fundación y que es un fiel reflejo de una carrera inigualable.