Cuando la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) cataloga un lugar, un paisaje, una ciudad o una construcción como Patrimonio de la Humanidad no solo pretende darlo a conocer sino que reconoce su importancia cultural o natural a lo largo del tiempo. Y no cabe duda de que en España en general y en el País Vasco en particular existen numerosos tesoros que sitúan a las culturas que han habitado la Península Ibérica entre las más ricas de la historia.
Entrando de lleno en los lugares que forman parte de la lista que genera la UNESCO, se puede apuntar que hay cuatro que son Patrimonio de la Humanidad y que un quinto fue declarado en 2015 Reserva de la Biosfera.
Puente Colgante de Bizkaia
El Puente Bizkaia es uno de esos símbolos que siempre acompañan a la Ría de Bilbao, puesto que supone un vestigio de su pasado industrial. Además, fue el primer puente transbordador que se construyó en el mundo, lo que hizo de él un modelo en el que fijarse para replicarlo en otras partes del globo. En la actualidad solo se conservan otros ocho, aunque en el caso del puente que une Portugalete con el barrio de Las Arenas de Getxo se sigue utilizando, transportando hasta seis millones de viajeros al año.
Inaugurado en 1893, el Puente Bizkaia se levantó para unir los balnearios que existían en ambas riberas de la ría. Y no cabe duda de que no escatimaron en medios, ya que tiene 61 metros de altura y 160 metros de longitud. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2006, convirtiéndose así en el primer Bien Histórico Industrial del país. En aquel entonces fue definido como “una excepcional expresión de creatividad técnica, en la que se combinan perfectamente su funcionalidad y su belleza estética”.
Cueva de Altxerri
En el año 2008, tanto esta cueva como otras 16 emplazadas en la zona norte de España fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en el conjunto “Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España”. En el caso de la de Altxerri, se halla en la ladera este del monte Beobategaña, en el término municipal de Aia (Gipuzkoa).
Sus grabados y sus pinturas corresponden al periodo Magdaleniense Superior (en el Paleolítico Superior, alrededor del 13.000 al 12.000 a.C.). En Altxerri se pueden observar unos 120 grabados, 92 de ellos representando a animales. Eso sí, en la actualidad está cerrada al público porque algunas pinturas se encuentran sumamente deterioradas.
Cueva de Santimamiñe
Quizás sea más conocida este otro yacimiento perteneciente al mismo conjunto de arte rupestre. Y no es de extrañar, puesto que la Cueva de Santimamiñe sí que se pudo recorrer durante décadas con total libertad. Hoy en día se han restringido las visitas para proteger las pinturas que alberga.
Se sitúa en la cuenca del Urdaibai (Bizkaia), en la ladera meridional del monte Erezoñar, y en ella se conservan algunos restos de antiguos asentamientos. No obstante, al acabar la visita es posible acudir al centro de interpretación que se sitúa en la cercana ermita de San Mamés.
Cueva de Ekain
El tercero de los tesoros del arte rupestre vasco se halla en la Cueva de Ekain, en el valle de Sastarrain de Zestoa, en Gipuzkoa. Y su importancia es, si cabe, mayor que la de las anteriores, ya que es considerada uno de los principales santuarios prehistóricos europeos.
En su interior alberga 70 figuras rupestres, destacando sobre todo las pinturas de caballos. Y dada la relevancia del hallazgo, está cerrada al público. Eso sí, es posible visitar una réplica de la misma, denominada Ekainberri, situada a solo 600 metros del centro de Zestoa
Reserva de la Biosfera de Urdaibai
El quinto de los lugares vascos que han sido reconocidos por la UNESCO es el estuario de Urdaibai, aunque en este caso no como Patrimonio de la Humanidad, sino como Reserva de la Biosfera. Y es que esta superficie de 220 kilómetros cuadrados es uno de los humedales más importantes de Europa.
Ocupa la ría de Gernika y sus alrededores y destaca por sus ricos ecosistemas donde es posible encontrar una nutrida fauna y flora, así como por bellos paisajes conformados por acantilados, playas y bosques.